El nacimiento de una paloma

 

Las ciudades conservan tesoros durante siglos. A veces esos tesoros son motivos de disputa o víctimas de las guerras. En raras ocasiones son objeto de reconciliación.

¡Nóvgorod! el nombre de esta ciudad nos lleva directamente al pasado…

Enclave de antiguos eslavos, la ciudad de Nóvgorod La Grande ha sido desde su origen testigo de importantes hechos históricos. Escenario de las míticas aventuras de los Bagatir , antiguos héroes de  los cantares de gesta rusos. Protagonista  en  batallas contra invasores en las que Alejandro Nevsky ya invocó como aliado al general invierno y advirtió  lo que ocurriría a todo aquel visitante malintencionado de estas tierras: «El que a Rusia viene con espada, a espada caerá». Vaticinio recordado siempre de una o de otra manera en varias ocasiones durante los últimos 1000 años . Protegida `primero por el panteón de los dioses eslavos como Svarog o Perún para luego encomendarse a un único Dios cristiano. Poseedora de una famosa biblioteca desgraciadamente desaparecida en alguna batalla. Cuna de una insólita y rebelde república que decretaría la obligación entre sus habitantes de conocer los secretos de la lectura y escritura incluso para las mujeres…

Paloma sobre la Cruz de Santa Sofía de Nóvgorod

Una simple enumeración  de hechos protagonizados por esta bella ciudad durante la Edad Media dan a entender el carácter e importancia que tuvo como centro político, social y religioso.

A finales del siglo X el Principe de Nóvgorod, el pagano Vladímir pasa a ser Gran Principe de Kiev, uniendo bajo su control los 2 principados y algunas tierras más. Para contraer matrimonio con una princesa bizantina se bautiza convirtiéndose al cristianismo. El Gran Príncipe Vladímir el Grande, en el año 988 declara el cristianismo la religión oficial de la Rus de Kíev. Fecha que pasa a considerarse en la historia como «El bautismo de Rusia».

Todos estos hechos y algunos más son recordados el 8 de septiembre de 1862.  El motivo de la celebración;  los 1000 años transcurridos desde que El Varego Rúrik fundara la dinastía Rúrika al crear un asentamiento al que nombra «Ciudad de los Rúrik» en las cercanías de la actual ciudad de Nóvgorod.

La cuna de Rusia, un viejo asentamiento en el que se reunieron representantes de  eslavos, merios, kreviches…  pueblos campesinos que comenzaban a ampliar sus rutas comerciales y necesitaban protegerlas. Decidieron unificarse  y para organizarse pidieron ayuda a sus primos varegos que contaban ya con un germen de estado y sobre todo mantenían sus dominios perfectamente defendidos.

La familia imperial regresó al viejo Kremlim de Nóvgorod en 1862 para la celebración del aniversario de la llegada de Rúrik considerado el fundador del estado ruso. La ciudad  volvió a recuperar su importancia  durante unos días.  En recuerdo de los importantes momentos el Zar  Alejandro II había mandado construir un Monumento cuyo proyecto supervisó personalmente.

La escultura en forma de gigantesca campana está coronada con un ángel símbolo de la Iglesia Ortodoxa bendiciendo a una mujer arrodillada que representa a Rusia. Los relieves del nivel superior  representan las diferentes etapas del estado ruso, formación, zarato, imperio. En las figuras del nivel inferior aparecen los protagonistas, a veces anónimos, de la historia del país desde el año 868.

Durante los más de 200 años de invasiones tártaro-mongolas que azotaron la estepa rusa y que también se ven reflejados en la campana, el Príncipado de Nóvgorod permaneció libre.

La campana del milenio

Desgraciadamente el orgullo de los ciudadanos de Nóvgorod de ser considerada siempre rusa iba a verse dañado cuando casi 100 años después tuvo que ver ondeando en lo más alto de su Krémlim la ignominiosa bandera de la esvástica.

Desde agosto de 1941, la situación geográfica de la ciudad la convirtió en centro neurálgico de comunicaciones y transporte del Cuerpo de Ejércitos Norte de la Wehrmacht. Fundamental para el abastecimiento y agrupación de las tropas nazis.  Los soldados construyeron un ramal del ferrocarril directamente hasta su Krémlim con el fin de llevarse los valiosos tesoros artísticos de la ciudad acumulados desde hacía 1000 años por orden directa del Führer del III Reich.

El 20 de enero de 1944 fue liberada de su cautiverio por el Ejercito Soviético. Los soldados que arrancaron el estandarte de la esvástica encontraron la ciudad destruida y expoliada. El enorme Monumento del Milenio había sido gravemente dañado. Figuras arrancadas a martillazos, relieves por los suelos cubiertos de nieve…. Aún así, en plena contienda todavía, y por orden directa de Stalin, el monumento fue restaurado y se volvió a presentar reinaugurándose con motivo de las celebraciones del 7 de Noviembre de 1944, aniversario de la Revolución rusa. Afortunadamente hoy podemos admirarlo junto a otros tesoros artísticos recuperados y restaurados de los que es poseedora Nóvgorod la Grande.

Entre todos los tesoros de la vieja ciudad una antigua Iglesia guarda un secreto especial compartido con un lejano país llamado España.

  Santa Sofía de Nóvgorod fue consagrada como Catedral el 14 de septiembre de 1052. Mandada construir en el lugar donde estaba una pequeña Iglesia anterior por Vladímir El Grande, en agradecimiento al apoyo recibido por  los ciudadanos del principado y que le llevaron a la victoria sobre su hermano  Yaropolk.  Erigida en honor a su padre Yaroslavl el Sabio. Desde ese momento se convirtió en uno de los centros religiosos más importantes del país y hoy en día es la Catedral más antigua de Rusia. Sus 4 cúpulas plateadas y su central cúpula dorada han sido testigos de la historia. Su nombre de manera etimológica puede interpretarse como la Iglesia de la Sabiduría de Dios.

La Catedral desde su nacimiento siempre ha sido callado testigo de todo lo acontecido en el Príncipado. A finales del siglo XV,  el Príncipe de Moscú, Iván III El Grande, unificó bajo su control los territorios  de la antigua y rebelde  República de Nóvgorod . Después de duras batallas y enfrentamientos la ciudad sucumbió ante el joven principado de Moscú (1478).  El poderoso Príncipe de Moscovia pasó a controlar las llanuras nevadas del norte de Europa desde Laponia  a los Urales. Comenzaba así la unificación territorial  que acabaría con su nieto.  El nuevo zarato ruso nacía controlado por el Príncipe Riurka Iván IV,  su príncipe se conocerá con el nombre de  Zar de todas las Rusias.

Las leyendas cuentan que después de una de las duras batallas que tuvieron lugar en esos años una paloma se posó en la cruz de la dorada cúpula de Santa Sofía  y al ver la masacre y destrucción se convirtió en piedra. La creencia popular unió el destino de la ciudad con la permanencia de la paloma de piedra que actuaba como mensajera de la sabiduría divina.

Continúa en «Los malos tiempos»

 

 

Publicado por birioska

blog sobre cultura rusa

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