Llegó el 9 de mayo

Continuación de Batalla por el Reichstag

«Quien piensa en el pasado tiene en mente el futuro. Quien piensa en el futuro no tiene derecho a olvidar el pasado. Después de haber atravesado el fuego de muchas batallas, conozco la gravedad de la guerra y no quiero que este destino vuelva a caer en la suerte de la gente»
V.I. Chuikov. Memorias 

El 1 de mayo, la bandera de asalto de la 150 División de Infantería ondeaba en lo alto del Reichstag  mientras tanto en el interior del edificio la batalla todavía continuaba…El fanatismo y las órdenes recibidas habían calado hondo en las tropas nazis que  mostraron una absurda resistencia. Se fueron refugiando en los sótanos del edificio. En otros puntos de la ciudad también podían oírse disparos provocados por desesperación y obstinación de los que intentaban cumplir las órdenes  y acudir al sector central para morir en combate.

A la 01.00 horas del 2 de mayo el general Weidling envió un mensaje al general  Vasili Chuikov, presentando la rendición de las tropas berlinesas. Una vez aceptada por el alto mando soviético, a las 8.45 y como Comandante en Jefe de la Defensa de Berlín se dirigió por radio a los habitantes de la ciudad para requerir a los últimos resistentes el cese de los combates de manera inmediata.  Prácticamente todo Berlín estaba ya bajo control soviético.

La emisión por radio de la rendición provocó un sentimiento generalizado de alegría entre la tropa soviética. El Reigchstag se convirtió en lugar de peregrinación de soldados y oficiales  que acudían a su escalinata a celebrar la victoria, a cantar, a reir, a llorar, a grabar en la piedra mensajes para ser recordados en el futuro… Se desataron todos los sentimientos ocultos en lo más profundo del alma de aquellos hombres que habían visto en sus propias familias y en sus propias casas el significado de la «guerra total». Habían caminado por las tierras de media Europa descubriendo hasta donde puede llegar la maldad del ser humano. En su mayoría eran jóvenes que ni siquiera habían empezado a vivir porque los delirios y la ambición de un pequeño grupo de indeseables habían cambiado el curso natural de sus destinos. El sargento Egorov cumplió 22 años durante esos días y lo celebró tocando el acordeón junto a su amigo el sargento Kantaria, sobre la escalinata del Reichgstag bajo la bandera de la Victoria.  Una amistad que se forjó durante momentos de lucha pero que se mantuvo durante años de paz en la distancia y más allá de la muerte. En tiempos de guerra el hombre que llegó  del Cáucaso supo apreciar los colores y a las gentes de las tierras que ayudó a liberar. Unas tierras que visitó en tiempos de paz muchas veces, y donde supo que su viejo amigo no pudo disfrutar más de la música de su viejo acordeón ni tampoco de los cantos de su alegre familia. Desgraciadamente, el día que ondeó en Berlín la bandera de la Victoria, la numerosa familia del joven Mijail Egorov había desaparecido poco a poco ante la barbarie nazi. Sólo sobrevivió su hermana pequeña. Sus vecinos tampoco estaban. Su aldea natal había sido borrada de la faz de la tierra. El Reichstag se apoderó también de la agilidad de sus dedos. Las heridas que los cristales provocaron durante la escalada dejaron en las manos cicatrices que afectaron para siempre a los tendones.

Técnicamente la guerra había terminado pero todavía faltaba formalizar la derrota del nazismo y hacerlo público. Tras el asalto al Reichgstag y la rendición de Berlín, las operaciones militares dieron paso a los movimientos diplomáticos.

Con la muerte de  Roosveelt, la jerarquía nazi ve una posible fractura en la coalición aliada, una nueva posibilidad de obtener mejoras en la rendición, una nueva oferta de rendición condicionada llega al gobierno británico que es rechazada.  Hitler se suicida el 30 de abril y nombra heredero a Karl Donitz.  La muerte y la validez del  testamento es acreditada por Hans Krebs, Wilhelm Burgdorf, Joseph Goebbels y Martin Bormann.  La reacción no se hace esperar y da comienzo una cadena de suicidios. Primero  Góebbbels junto a su familia. Le siguen Krebs y Burgdorf. Borrmann intentó escapar. Una fuga que dio pie a una rocambolesca historia que duró más de 40 años. Se convirtió en uno de los nazis más buscados. Fue juzgado y condenado a muerte «en ausencia» durante el proceso de Nüremberg. Finalmente su cuerpo y el de su secretario fueron encontrados en 1976  durante unas excavaciones en la ciudad de Berlín de donde nunca llegó a salir. Borrmann había sido uno de los hombres más duros de la cúpula nazi en cuanto al tratamiento de los prisioneros de guerra y a las poblaciones eslavas de los territorios ocupados. Sus palabras, dirigidas a Rosenberg en 1943 después de visitar la aldea de Vynitsa en Ucrania nos dan a entender el verdadero sentir de este tipejo

«Los eslavos deberán trabajar para nosotros. En tanto que no los necesitemos, deberán morir. La fertilidad de los eslavos es del todo indeseable. En cuanto a la comida, no deberán coger más de la que necesiten. Nosotros somos los amos, nosotros estamos primero.»

Rosenberg, el ministro para los territorios ocupados, fue detenido cuando se intentaba esconder en un hospital. En el juicio primero intentó justificar su ideología racista y después declaró que desconocía los planes  de exterminio de las  poblaciones no arias. Condenado y ejecutado. Su cuerpo junto con el de otros 8 nazis, incluído el de Göering, fue incinerado y esparcidas sus cenizas en algún lugar desconocido.

El creador de las crueles Waffen SS, artífice de la solución final para la cuestión judía, el experto en buscar una argumentación histórica  y biológica a la supremacía de la raza aria, el que se apoyaba en amuletos místicos y en las runas germánicas… Himmler… intentó negociar con Inglaterra la rendición, traicionó a Hitler, buscó su sitio en el nuevo gobierno que se rendiría ante los aliados, pero no lo consiguió. Fue detenido cuando intentaba huir y estando custodiado por  las fuerzas británicas  se suicidó.

Mucha supremacía y mucha soberbia. Mucho exigir a los demás pureza de sangre y luchar hasta el final. En mi opinión, estos tipos demostraron que cuando el látigo de su cinturón no les daba la razón mostraron  su verdadera cara; falta de honor, debilidad de pensamiento y cobardía. Suicidios, intentos de fuga… No tuvieron el valor de asumir la responsabilidad de sus actos y decisiones. Carecieron de aquello de lo que tanto presumían y que según ellos les hacía diferentes. Ante toda la humanidad y para la eternidad demostraron que la verdadera «subespecie» era la que ellos habían creado y a la que sólo ellos pertenecían.

Los suicidios de  Hitler y Göebbels y el nombramiento de Dönitz todavía dan una última oportunidad para salvar el pellejo y preparan la rendición de Alemania por separado.

La posible firma de dicha rendición estaba pactada por parte del bando aliado de manera conjunta mucho tiempo atrás, formalmente desde el 1 de enero de 1942. Ese día, los representantes de Reino Unido, EEUU, China y la Urss hacen público un importante documento al que se adhieren al día siguiente 26 naciones más; La «Carta de Naciones Unidas» , promete el máximo esfuerzo de guerra contra el eje Berlín-Roma-Tokio y en no firmar una paz por separado.

Hasta ese momento, la jerarquía nazi  había identificado como enemigo exterior y causante de todos los males de Alemania a los países firmantes de la Paz de Versalles (1918), es decir Reino Unido y Francia. A partir de 1942, su política exterior se encamina descaradamente a provocar la ruptura entre las potencias aliadas  y para ello convierte su causa contra la URSS en una causa ideológica, es decir, se erige en el defensor del sistema político occidental frente al bolchevismo soviético. El resultado de la Batalla de Stalingrado que supone la primera gran derrota de la Alemania nazi, hace crecer aún más la propaganda en el sentido del «Divide y vencerás» de Julio César.

Durante la guerra, la solidez de la coalición antihitler, fue confirmándose a través de distintos acuerdos y reuniones a pesar de lo difícil que podía parecer una alianza entre países con ideologías políticas tan diferentes y que solo tenían en común  el mismo enemigo.

El nuevo gobierno del Reich, representado por Jodl,  firma a las 02,41  del 7 de mayo en el Cuartel General de las Fuerzas Aéreas Expedicionarias en la ciudad francesa de Reims, un acta de rendición en el que se compromete a un alto el fuego en el frente occidental. Una claúsula del propio documento  condiciona ese alto el fuego por parte de los aliados a una nueva firma en menos de 48 horas con el frente oriental. En la práctica,  la única ventaja que consigue la Alemania nazi con la paz de Reims, fue  la de ganar 48 horas para que sus hombres eligieran a que fuerzas se iban a entregar como prisioneros. Los aliados sólo se comprometían a un alto el fuego condicionado a una firma posterior. Además la validez del tratado podía cuestionarse por estar firmado por el gobierno de Dönitz, un gobierno que jamás fue reconocido por los  aliados que sólo reconocieron como representantes de Alemania al Alto Estado Mayor Alemán. Tanto Jodl como Dönitz fueron sentenciados y ejecutados en la horca en 1946.

Al día siguiente, 8 de mayo, Winston Churchill se dirige a la nación en un discurso por radio para informar del Alto el fuego;

«Ayer por la mañana, a las 2:41 a.m., el General Jodl, como representante del Alto Mando alemán, y el Gran Almirante Doenitz, designado por los líderes de Alemania, firmaron el acto de rendición incondicional de todas las fuerzas terrestres, navales y aéreas alemanas a las fuerzas de la Fuerza Expedicionaria Aliada, así como al Alto Mando del Soviet de las fuerzas armadas soviéticas.

El general Bedel Smith, Jefe de Estado Mayor de las Fuerzas Armadas Aliadas y el General Francois Seveux firmaron el documento en nombre del Comandante en Jefe de las Fuerzas Armadas Aliadas, y el General Susloparov firmó en nombre del comando ruso.

Hoy, este acuerdo será ratificado y confirmado en Berlín, donde el Comandante de la Fuerza Aérea Aliada, el Subcomandante en Jefe Aliado Mariscal Tadder y el General de Latr de Tassini lo firmarán en nombre del General Eisenhower. El mariscal Zhukov lo firmará en nombre del Alto Mando ruso. Del lado alemán, el mariscal de campo Keitel, comandante supremo de las fuerzas terrestres, navales y aéreas alemanas, será el representante del comando.

La lucha terminará oficialmente un minuto después de la medianoche de hoy (martes 8 de mayo), sin embargo, para salvar vidas, la directiva de «alto el fuego» se transmitió ayer en todo el frente.

Los alemanes en varios lugares aún se resisten a las tropas rusas, sin embargo, si continúan haciéndolo después de la medianoche de hoy, perderán su defensa por la ley militar y serán atacados por las fuerzas aliadas. No es sorprendente que en un frente tan amplio y con el desorden existente en las filas del enemigo, la obediencia a las órdenes del Alto Mando alemán no ocurra de inmediato. Sin embargo, en nuestra opinión y en la opinión de nuestros asesores militares, no hay razón para ocultarle a la gente el hecho que nos comunicó el general Eisenhower, la rendición incondicional firmada en Reims, y tampoco hay razones que nos prohíban celebrar hoy y mañana como Días de Victoria en Europa.

La histórica  y definitiva capitulación de Alemania, tuvo lugar en Berlín  a las 22:43 del 8 de mayo, o sea, a las 00:43 del 9 de mayo, en Moscú.

Capitulación incondicional de la Alemania Nazi. Documento en ruso

Pero a  las potencias aliadas todavía les  quedaba  por firmar un valioso documento que comprometía el futuro de Alemania. El 5 de junio de 1945, se firma la Declaración sobre la Derrota de Alemania o Declaración de Berlín. Como representantes de las potencias aliadas  el Mariscal de la Unión Soviética G.K. Zhukov , el General de los EEUU D. Eisenhower , el Mariscal de campo B. L. Montgomery de Gran Bretaña y el de Francia – General J. M. de Latr de Tassigny de Francia. La declaración confirma la capitulación incondicional del Tercer Reich, resalta la ausencia de un gobierno o autoridad capaz de ser responsable de mantener el orden y gobernar el país, y confirma la transferencia del poder supremo en un país derrotado a los gobiernos de las potencias aliadas. Obliga al cese completo de las hostilidades, la rendición de armas, la detención de líderes nazis y criminales de guerra, y determina el futuro de los prisioneros de guerra. 

Bandera de la Victoria. Museo de las Fuerzas Armadas de Rusia.Moscú 2019

Melitón Kantaria regresó en varias ocasiones a las tierras a orillas del Dnieper donde su amigo formó una nueva familia y donde con otros como él construyeron una nueva aldea. Hoy, en una pequeña casa azul levantada por las manos  de un campesino reposa el viejo acordeón para ser visto por todos los visitantes que quieran apreciarlo y la amistad de los dos hombres se mantiene más allá  de la vida. Una sencilla «rosa de Abjasia» se encuentra junto a la  antigua muralla de la ciudad de Smolensk, plantada por el sargento Kantaria al lado de donde duerme el sueño eterno su viejo  amigo. En la tumba de Kantaria, mecido por el viento de las montañas del Cáucaso crece un fuerte lilo nacido de los brotes del que las manos dañadas de su amigo plantó en la puerta de su nueva casa.

Tumba del Sargento Egorov. Héroe de la URSS. Muralla de Smolensk.2019

No es fácil para un extranjero entender las celebraciones del 9 de mayo en Rusia. Puede ser fácil comprender la explosión de alegría que desbordó las calles del país aquel 9 de mayo de 1945, pero entender los sentimientos que se esconden detrás de un desfile militar año tras año es otra cosa muy diferente. El 9 de mayo es una fecha  grabada a sangre y fuego en la memoria colectiva de todo un país. Las celebraciones comienzan a las 10 de la mañana con las campanadas del reloj del Krémlim. El mismo  protocolo se repite año tras año sin cambios importantes desde 1945 y finaliza a las 10 de la noche con fuegos artificiales  a modo de salvas militares.  Tras las campanadas se abren las puertas de la Torre del Salvador para dar paso al Ministro de Defensa, el encargado de abrir el desfile militar… La Madre tierra concedió a Rusia el poder de encerrar su corazón tras esa puerta. Cuando se abre,  como es el caso de cada 9 de mayo,  una corriente de viento se desata en todas direcciones alcanzando a todos los rincones del país;  a las calles de las grandes ciudades y a las de las más pequeñas aldeas, a los extensos bosques y los grandes lagos, a los valles y montañas hasta las lejanas fronteras. Un viento que solo el alma rusa puede percibir. Un viento que impregna todo con una mezcla de alegría y tristeza que se transforma en una férrea cadena de agradecimiento, orgullo  y responsabilidad. Agradecimiento por que la vida pudo proseguir, orgullo por los sacrificios que  hicieron los suyos cuando peligraba la existencia y responsabilidad porque los que han nacido después deben saber que sin ese sacrificio no existirían.

 

Publicado por birioska

blog sobre cultura rusa

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