El hacha es una de las herramientas más antiguas que el hombre empezó a fabricar, primero con piedra y luego con hierro han sido fundamentales en la evolución y supervivencia del ser humano. Hoy en día todavía es muy utilizada en algunos lugares. ¡Qué se lo digan a los aizcolaris vascos! que han hecho de su uso un deporte y un espectáculo . Otros que se pueden juntar con los rusos y caminar por el mundo sólo con un hacha.
Mucho entrenamiento en su uso han necesitado los rusos para vivir en sus tierras llenas de árboles hasta conseguir ser capaces de fabricar cualquier cosa solo con un hacha. Adquirieron la habilidad necesaria para construir sus viviendas sin necesitar otro material que no fuera la madera y sin utilizar otra herramienta que no fuera el hacha. No necesitaban clavos ni tampoco sierra, ni ladrillos, ni piedras. Ellos en un plisplás se ponían a talar árboles y lo mismo levantaban una casa que una Iglesia.
Según dice una leyenda, un sólo hombre, Néstor el carpintero, levantó la Iglesia de la Transfiguración utilizando sólo un hacha. Cuando acabó su trabajo lanzó la herramienta a las profundidades del lago Onega ( y allí debe estar todavía) mientras gritaba al viento: «No la hubo, y no habrá otra iglesia como esta». ¡Normal! hay que tener una habilidad excepcional en el manejo de la herramienta y una persistencia y tenacidad más excepcional todavía para construir solito una estructura de 37 m. de altura. ¡Ah! y dedicar a esta labor toda la vida. No iba el hombre a perder tiempo en hacer viajes a la ciudad para comprar clavos y cosas de esas. ¡Con lo grandes que son las distancias en Rusia y lo malos que son los caminos!
Kizhi Pogóst (Ки́жский пого́ст) es un conjunto arquitectónico situado en una isla del lago Ónega y declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Construido en el siglo XVII, el pogóst es famoso por la belleza de la Iglesia de la Transfiguración (22 cúpulas), la Iglesia de la Intercesión (9 cúpulas) y el campanario.
Kishi Pogóst Iglesia de la Transfiguración
L.N.Tólstoi debía tener mucha razón cuando dijo que «un ruso con un hacha lo mismo podía construir una casa que hacer una cuchara”. El hacha fue la herramienta indispensable con la que el hombre pudo someter al bosque para su supervivencia. Algo que supieron bien los viejos eslavos; si en su antigua mitología el mundo era representado por el Roble ¿Qué arma debía tener el poderoso Perún? El Dios que representaba el bien, que todo lo controlaba y que podía talar el mundo cuando quisiera ¡Un hacha!.
En tiempos en los que se fundamentaba la identidad del nuevo grupo social frente a los vecinos, el hacha también fue necesaria como arma para la defensa, aprender su manejo en este campo era algo totalmente imprescindible, tanto es así que hasta hace poco el soldado ruso todavía aprendía su manejo en la lucha aunque no de manera evidente. El hacha aparece escondida en la versátil pala que caracterizó a los soldados rusos del siglo XX. ¡Cosas del ingenio ruso! Una pala que por su diseño, lo mismo puede cavar trincheras, que bien afilada corta árboles con los que construir barcazas para cruzar ríos y levantar refugios o hace agujeros en el hielo para pescar. Un 2 en 1 que diríamos ahora. Ni que decir tiene que es mejor que cuchillos y bayonetas para proteger la vida cuando ya no quedan balas en el fusil.
Desde la infancia los habitantes de la vieja Rusia aprendían a manejar el hacha para conseguir la habilidad necesaria con ella para su supervivencia. Como dice algún que otro dicho hacer una cuchara con un hacha es trabajo de niños. De un hacha bien utilizada y con la que se ha trabajado mucho se puede hacer hasta una rica sopa como nos recuerda otro de los tradicionales cuentos. En fin, una herramienta con la que se puede cazar, despedazar el animal, cortar la corteza de los árboles para hacer zapatos o beber su savia como es el caso del zumo de abedul. Y con ella, como no podía ser de otra manera, se cubría lo que se supone una de las primeras necesidades de un ser humano, el refugio donde sobrevivir. Algo que en ese clima es más importante que la comida, unas horas de más a la intemperie durante el frio invierno es suficiente para perder la vida.
Bueno, más que en un plisplás, lo de construir una vivienda adecuada para la familia llevaba más de un añito. Los árboles se talan en invierno durante la época de reposo en el crecimiento por ser cuando menos savia circula por el árbol y menos resina tiene. Otra ventaja del invierno es que al ser el momento de descanso del árbol es casi inmune a enfermedades, a parásitos y a bacterias con los que puede enfermar. Por tanto la madera obtenida no corre el peligro de pudrirse una vez instalada en la casa ni tampoco agrietarse al secarse. Los ancestros ya aprendieron a distinguir los mejores ejemplares y más adecuados para la construcción; no se deben utilizar ejemplares con apariencia no sana y cuánto más rectos sean los troncos mejor. Como el abedul, muchos árboles pierden las hojas y se secan sus ramas pequeñas lo que hace más fácil su manejo y almacenamiento. El frio y los caminos congelados hacen que también sea más fácil su transporte en los trineos. Conocimientos que fueron adquiridos muchos siglos atrás basados en la experiencia y se han ido transmitiendo de padres a hijos. Los rusos aprendieron así a elegir las mejores especies de sus bosques para construir sus viviendas. Abetos, pinos, alerces y abedules dependiendo de la utilidad eran sus preferidos por durabilidad y resistencia. Una vez cortados y trasladados al poblado había que dejar secar los troncos cortados durante el verano. ¡Ah! y algo que más pertenece al mundo de la superstición que de la biología. No deben utilizarse para una vivienda los árboles que se encuentran en los cruces de caminos así evitarás peleas y discordias entre los miembros de la familia.

Los viejos eslavos vivían en clan y raras veces salían de él. Algunas de sus labores se realizaban en grupo, entre ellas la tala. Campesinos que en invierno tienen menos labores que hacer en el campo y más tiempo pueden dedicar al trabajo en el bosque.
Una última curiosidad lingüística. Cuando escuchen a un ruso decir que «tala» una casa no se imaginen que va a dedicarse a cortar a la mitad con un hacha su isbá de madera. Desde tiempos remotos por la importancia del hacha y de la preparación del material utilizaban el mismo verbo para todo el proceso de construcción. Una costumbre que todavía persiste entre los que se dedican a construir casas de madera.
Normalmente en los cuentos tradicionales, el hacha aparece como una sencilla herramienta y a veces tiene atributos mágicos. El hacha es un talismán que transmite la sabiduría de los antepasados y que bien utilizado protege del frio, de las bestias del bosque y de los enemigos que perturban la paz de la tribu. También recuerda la necesidad de encomendarse a los antiguos dioses para resolver los problemas cotidianos en ese lenguaje oculto de la doble fe. Un utensilio necesario para la supervivencia del grupo que también forma parte de la simbología rusa.
¡Mucho debían de temer a las encrucijadas los antiguos eslavos porque hoy en día no es la única superstición que perdura en tiempos modernos sobre esquinas o cruces de caminos en Rusia!. ¿Lo de talar casas será un primitivo antecedente del uso del perfectivo en ruso? ¡La mentalidad del idioma! Una de las complicaciones para los estudiantes del idioma ruso es la peculiaridad en el uso de los verbos imperfectivos-perfectivos. El ruso divide los verbos en 2 grupos aquellos en los que la acción esta en proceso y los que ya se ha obtenido el resultado. Aplicando la lógica de la gramática rusa, algo que a veces no parece demasiado lógica para los no rusos, puedo entender que la acción de construir una casa era un largo proceso que comenzaba con la elección de los árboles y terminaba cuando la vivienda estaba lista para ser habitada. Consideraban la tala como el principio necesario para la construcción, talando seguían construyendo. ¡Sólo cuando la casa estaba terminada obtenían el resultado y ya podían utilizar el verbo perfectivo! Menos mal que encontraban los árboles crecidos y no iniciaban la «tala» con su nacimiento.
Si tienes un día para cortar un árbol,
dedica la mitad del tiempo para afilar el hacha.
Proverbio ruso
Las antiguas iglesias de madera sin ningun clavo de hiero eran los ejemplos de alta ingenería . Es que cuando en los tiempos contemporaneos empezaron a restaurarlas los ingenieros de hoy y los restauradores taparon los agujeros que habían en ciertos sitios de las paredes y cupulas. Las paredes empezaron pronto a echar a perder porqué los agujeros servían como la sofisticada sistema de ventilación que permitió que las iglesias estaban intactas durante siglos. Perfecto. Muchas gracias por la información. Un abrazo.
Me gustaLe gusta a 1 persona
Desgraciadamente fue así, malas restauraciones. Además las construcciones de madera tienen una vida media de 250 años aproximadamente y necesitan mantenimiento. Es por lo que Iglesias y Palacios construidos en madera han desaparecido.
Gracias por tu comentario
Me gustaLe gusta a 1 persona