El carro de Dios

Uno de los compañeros más antiguos del hombre ha sido el caballo.  Su domesticación ayudó a los seres humanos prehistóricos a viajar. Fueron los Botai, unas antiguas tribus nómadas de las estepas de Kazajstán, los que adaptaron a la vida doméstica a estos animales hace unos 5.000 años. Hasta entonces, el ser humano consideraba al caballo solo una codiciada pieza de caza y su representación puede verse en diferentes artes rupestres de distintos enclaves europeos dando pruebas de su existencia.

Junto a la rueda,  el caballo se convirtió en medio de transporte y ayudó al ser humano a viajar a través de las llanuras euroasiáticas. En  yacimientos arqueológicos de la cultura de los kurganes  se han encontrado restos de caballos y carros. La región cercana al Volga , conocida como Urheimat es donde se han encontrado las restos más antiguos.

Zona geográfica de la cultura del Kurgán

Durante 3.000 años hubo 4 grandes movimientos migratorios entre Europa y Asia. En esta región se cree que nació lo que se conoce como el antiguo idioma indoeuropeo del que derivan las diferentes ramas de lenguas que se hablan en Europa (latinas, celtas, germánicas, eslavas,). Puede considerarse también que las llamadas lenguas iranias e indoarias fueran las lenguas originales habladas por las tribus que nunca abandonaron estas tierras.

Cronología de las diferentes migraciones antiguas

Una de esas tribus, los escitas, reinarían sobre ellas ya en tiempos más cercanos a los nuestros. No podían concebir la vida sin el caballo. Dicen que nacían sobre él, puesto que sus mujeres eran capaces de parir sin necesidad de descabalgar. Convirtieron la doma del caballo en un importante arte de guerra lo que les llevó a ser temidos por todos sus vecinos. Consumados arqueros, tanto hombres como mujeres, eran capaces de disparar flechas al galope. Se dice que ellos fueron la inspiración del mito griego de los centauros. Tribus nómadas dedicadas a la ganadería y a la caza y que por necesidades de transporte fueron los creadores del primer alimento elaborado de la historia, el queso. Un nuevo alimento nacido de transportar la leche en odres bajo sus sillas de montar, la leche ayudada por el cuajo del odre y el calor fermentaba. Fueron los primeros en utilizar también las sillas de montar  aunque serían sus vecinos los partos los que añadirían el estribo a la silla, en un intento de conseguir la misma eficacia de sus arqueros al galope. Algo que a pesar de la mejora nunca consiguieron igualar.

Las familias escitas viajaban con sus viviendas, pequeñas chozas de ramas selladas con arcillas que se colocaban sobre carros de 4 ó 6 ruedas tirados por caballos. Los habitantes de las estepas que es lo que significa la palabra escitas decidieron un día  asentarse en la inmensa llanura europea entre el Don y el Danubio, plantar trigo y dejar de viajar.

Así que no es de extrañar que sus herederos, y posteriores habitantes de estas tierras conservaran siempre cualidades especiales para la monta a caballo. Famosos y temidos sármatas, hunos y alanos en tiempos del gran imperio romano, tanto es así que en nuestro idioma todavía se utilizan dichos sobre ellos. (Ser como el caballo de Atila, por donde pasaba ya no crecía  la hierba). 

Más tarde serían los franceses, que no sabían muy bien donde se metían,  los que tuvieron que enfrentarse a más modernos herederos de los jinetes escitas, los cosacos. De los que Napoleón dijo  «…denme 20 mil cosacos, y conquistaré a toda Europa y hasta el mundo entero». Los cosacos se caracterizan por muchas cosas, entre otras por su sentido del humor a la hora de responder misivas, elogios o propuestas de sus enemigos, así que la ironía de los atamanes (Líderes cosacos) no se hizo esperar; «mande 20 mil francesas, y dentro de 20 años tendrá 20 mil cosacos. Pero todos ellos van a servir a Rusia».

Los caballos forman parte de la cultura eslava desde el principio de los tiempos. En el siglo VI aparece por primera vez el término eslavos para referirse a un mismo grupo étnico.  La palabra eslavo se relaciona con las palabras «slava» que significa “gloria”(en ruso actual mantiene el mismo significado), o bien con la palabra «slavá «que significa “palabra o conversación”(igualmente en ruso actual).  Así pues, «slavian» (eslavo) querría decir “las personas que hablan la misma lengua”, o las personas que se entienden entre ellas. Algo que creo que no ha cambiado mucho con el tiempo porque las gentes que siguen habitando estas tierras se mantienen poco «entendibles» para el resto de los humanos.

Con estos antecedentes en el dominio del arte ecuestre estaba claro que tarde o temprano los rusos iban a decir una última palabra en la adaptación del caballo a modernas maneras de viajar a través de las inmensas estepas. Sólo quedaba añadir velocidad.

Las razas de caballo autóctonas rusas, evidentemente, están adaptadas al medio en el que viven. Bajas temperaturas, grandes cantidades de nieve,… hacen que los caballos sean capaces de buscar comida bajo la nieve o de galopar sobre la nieve blanda. Caballos fuertes y con una gran resistencia aunque de menor velocidad que otras razas. Podemos decir que son buenos fondistas y no velocistas.

En los prinicipios del siglo XVIII, las necesidades de transmitir las órdenes militares entre la capital y los destacamentos alejados hicieron que se intentara mejorar el tiempo de entrega. Realizar el servicio en solitario, además de aburrido y peligroso era un sistema poco eficaz. La supervivencia de un hombre solo por esas latitudes es más bien escasa y la imposibilidad de cumplir la misión encomendada muy alta por lo que se hacía necesario viajar en grupo y transportar en carro el correo, avituallamiento y munición suficiente para sobrevivir a veces hasta meses sin necesidad de cambiar de caballos.

El carro tradicional adaptado a la nieve, el trineo,  ya se utilizaba tirado por un caballo o dos, pero era lento. Pero … ¿y si son 3? la velocidad será mayor y el problema se soluciona. Claro que controlar a 3 caballos complica un poco el manejo de las riendas al cochero, si además añadimos la peculiaridad de que los caballos lleven pasos diferentes…. ¡Es cosa de locos!. Pues, éste es el secreto de la «troika» rusa.

Un enganche que consigue una velocidad mantenida durante largas distancias de 50 km/hora tirando de un trineo sobre la nieve. Los pasos diferentes del caballo, los externos al galope y el central al trote, hacían de la troika el fórmula 1 de la época del transporte a caballo. Eso sí, la pericia y el control del cochero tiene que ser muy especial para el loco manejo de 6 bridas con 2 manos.

En un principio, este tipo de vehículo se utilizaba únicamente como correo especial, pero poco a poco con la doma de los caballos y el aprendizaje de los cocheros su uso se fue extendiendo como vehículo de transporte de la clase noble del país.   ¿Por qué 3 caballos y no 4? como era habitual en enganches de otro lados. La palabra «troika» en ruso puede traducirse por trío. El «3» es uno de los números considerados «mágicos» o perfectos dentro del acervo cultural ruso. Desde la cristianización del país que pronto se vio involucrada en la ruptura entre el Catolicismo y la Ortodoxia, cobra una importancia especial ya que el motivo «teológico» de dicha ruptura es la interpretación algo diferente del Misterio de la Santísima Trinidad. Sí, eso de Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo o lo que es lo mismo Dios es 3 en 1.

La idea de enganchar a 3 caballos se cree que nació en el norte de Rusia, donde para pasar el rato algunos se dedicaban a realizar carreras de trineos tirados por 3 caballos. Carreras, retos, apuestas, pruebas de valor… que aunque con distintos vehículos pero con un sentido parecido se siguen haciendo hoy en día en casi todos los lugares del planeta. Algo que resultaba muy peligroso pero daba fama a los cocheros que salían ilesos de aquellas carreras. De los pobres que no superaban la carrera con vida se decía que habían sido elegidos para irse al cielo como Elías.

En la «Troika» cada caballo sabe como tiene que correr. El caballo de varas (central) va al trote y la caballería de refuerzo va al galope. El éxito radica en que los dos caballos que galopan ‘llevan’ al del centro, Gracias a este sistema, los caballos se cansan menos y mantienen una velocidad alta.

¡Vamos! la «Troika» poco menos estaba tirada por Dios, al igual que el carro de fuego del profeta Elías. No hay que olvidar que este profeta es uno de los santos más venerados en Rusia desde el principio de la cristianización, su vida, muerte y representación era muy del gusto de los rusos de la época antigua. Una larga barba y que Dios eligiera un carro de fuego tirado por caballos para premiarle con la ascensión a los cielos le hacía tener cualidades con las que ellos se sentían muy identificados. Bueno eso, y que Elías con sus  truenos y relámpagos para luchar contra el mal, tenía un gran parecido a Perún.

Para los paganos eslavos, el dios Perún, uno de los más importantes de la vieja religión vivía en constante pelea con su hermano Veles  y usaba como armas relámpagos y truenos y se trasladaba por el mundo en un carro de caballos. En los comienzos de la cristianización esta idea se mezcló con la cristiana lucha entre Dios y el Diablo.

La Troika nacía rodeada de un halo mágico y a la vez religioso y dentro de esa simbología  representaba la valentía del alma rusa y los paisajes espaciosos del país.

La troika se consideraba de mejor calidad y belleza si todos los caballos son del mismo color y el que va  situado en el centro es más alto que los otros dos. En un principio todos los caballos pertenecían a una misma raza , la raza Vyatka, autóctona del norte de Rusia. A mediados del siglo XVIII, el caballo central se sustituyó por la raza Trotón de Orlov, con el que se consiguió aún más velocidad. Un caballo emblemático de la caballería militar rusa, más fuerte, alto y elegante.  La imagen de las 3 cabezas de los caballos formaba un triángulo perfecto en cuyo vértice central estaba la cabeza del Trotón y reforzaba la idea de la Santísima Trinidad, puesto que visualmente mantiene el esquema de las figuras en la representación de la pintura religiosa rusa.  En los iconos, el triángulo equilátero representa la divinidad, la armonía y la perfección.

Al  pasar a ser un vehículo de transporte para las clases nobles se fueron añadiendo poco a poco elementos que reforzaban estas ideas. Primero aparecieron las pequeñas campanas para anunciar la presencia del veloz coche a los transeúntes que debían apartarse rápidamente para no ser atropellados. 

El vehículo rápidamente ganaba popularidad, comenzó  a ofrecerse como vehículo de alquiler y aparecieron las decoraciones doradas como elemento distintivo. La gente comenzó a llamar al conjunto dorado (los rayos) y las campanas (Truenos con sonido semejante a las campanas de las iglesias) «El acordeón armónico». Un instrumento musical más pequeño que el acordeón, protagonista de la música popular y que era  imprescindible en todas las bodas y fiestas populares del siglo XIX . Supersticiones populares comenzaron a dar atribuciones curativas y protectoras a este conjunto de sonidos y dibujos y a hacer necesario montar en Troika no solo como transporte o divertimento sino como una forma de curar los males y alejar a los malos espíritus de la vida. El  tradicional vehículo sin importar si sobre ruedas o patines saltó así a las clases populares y empezó a ser imprescindible en las bodas. Nacía la tradición para dar suerte y buenos augurios a los novios si comenzaban la nueva vida juntos sobre ella  bajo sus protectores rayos y campanitas.

La Troika se había convertido ya en vehículo  indispensable para el transporte, la diversión y las celebraciones, habitual en las vidas de toda la población comenzó a ser nombrada en las  canciones populares y el trabajo de escritores, artesanos, músicos,  poetas y pintores terminaron de elevarla a los cielos  de los símbolos de identidad del país como un elemento único y distintivo del «alma rusa».

«¡Oh, troika! ¿Quién te inventó, pájaro troika? Únicamente podías nacer en el seno de un pueblo diestro, en una tierra que no gusta de bromas y se extiende por medio mundo. ¡Ve a contar las verstas hasta que se te cansen los ojos! Y es un vehículo simple al parecer, que no conoce el hierro del tornillo, hecho y armado, en un dos por tres, a golpe de hacha y de escoplo, por el hábil mujik de Yaroslavl. El cochero es un barbudo campesino de gruesas manoplas, y va sentado el diablo sabe cómo. Se incorpora, hace restallar el látigo, entona su dilatada canción y los caballos se lanzan como un torbellino, los rayos de las ruedas se confunden hasta formar un círculo, el camino retiembla y resuena el grito del caminante que se detuvo asustado. La troika pasa volando, vuela… ya está allá lejos, entre una nube de polvo.»

«A la vez que animaba a los caballos, el cochero daba suaves saltos en el pescante, mientras que la troika ya subía, ya bajaba rápida los repechos de que estaba sembrado el camino real, aunque todo él iba más bien pendiente abajo. Chíchikov sonreía dando ligeros saltitos sobre el cojín de cuero, pues le gustaba la marcha rápida. ¿Qué ruso hay al que no le guste correr? ¿No lo va a amar su alma, esa alma que quiere girar como un remolino y divertirse en el frenesí, que dice a veces: “¡Que se vaya todo al diablo!”? ¿No le va a gustar cuando en ella se percibe algo entusiasta y maravilloso?»

«Parece que una fuerza desconocida le arrastra a uno con sus alas, que es uno mismo el que vuela, que vuela todo: vuelan los postes militares, vuelan al encuentro de uno los mercaderes sentados en la vara de su tartana, pasa volando a ambos lados del camino el bosque con sus oscuras formaciones de abetos y pinos, con el ruido del hacha y el graznido de los cuervos, vuela el camino todo, no se sabe adónde, hasta perderse a lo lejos, y hay algo peregrino en ese rápido desfile, en el que uno no alcanza a contemplar los objetos antes de que desaparezcan. Lo único que parece inmóvil es el cielo sobre su cabeza, las nubecillas y la luna que se abre paso entre ellas.»

«¿No avanzas tú, Rusia, como la troika a la que nadie puede dar alcance? Se alzan nubes de polvo por donde tú pasas, retiemblan los puentes y todo lo dejas atrás. El espectador se detiene pasmado por ese milagro de Dios. ¿No es un rayo que cayó del cielo? ¿Qué significa ese terrorífico movimiento? ¿Qué ignorada fuerza encierran para el mundo esos desconocidos corceles? Ah, corceles, corceles. ¿Lleváis un torbellino en vuestras crines? ¿Lleváis un sensible oído en cada una de vuestras fibras? Oyen la familiar canción que les llega de arriba, ponen en tensión al unísono los pechos de bronce y, casi sin rozar el suelo en los cascos, convertidos en una alargada línea, vuelan por el aire y avanza la troika impulsada por el hálito divino… ¿Adónde vas, Rusia? Responde. No contesta. Se oye el portentoso son de la campanilla. Resuena y se convierte en viento el aire rasgado a su paso. Pasa de largo todo cuanto hay en la tierra, miran, se apartan y le ceden el camino otros pueblos y naciones.
«Almas muertas» Nikolai V. Gógol. «


Ojo por ojo…

En 1941, el Partido Nacionalsocialista  Obrero Alemán gobernaba gran parte del territorio europeo. Entre anexiones, pactos y ocupaciones, el  III Reich controlaba los gobiernos de Austria, Checoslovaquia, Hungría, Dinamarca, Holanda, Bélgica, Rumanía, Luxemburgo, Grecia, Bulgaria, Francia, Noruega, Finlandia, Yugoslavia, Parte de Polonia y Ucrania, más la Italia aliada. El Imperio Alemán disponía de todos sus recursos militares tanto humanos como técnicos. Amparándose en el principio de la supremacía racial contaba con la mano de obra esclavizada de sus poblaciones civiles. Se abastecía de los recursos energéticos, materias primas y productos agrícolas de todos ellos y de los de sus territorios coloniales de África y Asia. La alianza con Japón facilitaba el control de los lejanos territorios asiáticos.  Ante la invasión sobre Francia y la declaración de Guerra en 1940 del  Reino Unido y sus colonias europeas (Malta y Chipre). Suiza, Suecia, Portugal y España mantuvieron oficialmente la neutralidad, aunque con muchos matices.

En  junio de 1941, El Imperio Alemán ataca a la Unión Soviética. La «Operación Barbarroja» no era simplemente una operación militar. Marcaba el inicio de un plan de ocupación secreto del Partido Nazi, el  Generalplan OstGPO elaborado entre  1939 y 1940.  Desde el 22 de junio de 1941, el Ejército alemán se adentra en los territorios soviéticos de Letonia, Lituania, Estonia, Bielorrusia, Ucrania, la costa báltica y el sur de Rusia. El GOP consideraba  indispensable comenzar con la limpieza étnica desde el primer día en las zonas ocupadas asegurando así su nuevo «espacio vital». Unas tierras que serían colonizadas por agricultores alemanes (preferentemente soldados veteranos de guerra) que formarían un «muro de campesinos» con el fin de asegurar productos agrícolas para Alemania  y evitar el «peligro eslavo».

La ejecución del plan implicaba una transformación completa del espacio en las regiones implicadas con unas directrices  muy claras para conseguir el objetivo; desmantelar toda la industria, impulsar la agricultura como única actividad económica, y exterminar a toda la población eslava allí presente, salvo en los casos que fuera necesaria su explotación  por los colonos alemanes. En una primera fase se iniciaban las pautas para lograr estas metas;  el exterminio de judíos, generar hambrunas artificiales requisando toda la producción agrícola posible y enviándola a Alemania (como sucedió en Polonia, Ucrania, Bielorrusia, y Rusia), fomentar enfermedades y desnutrición entre los eslavos, lanzar programas de esterilización humana a gran escala entre la juventud eslava, deportar la mayor cantidad posible de civiles de Europa Oriental para trabajo forzado en Alemania, y reprimir violentamente manifestaciones culturales nativas de todo tipo.

Territorios del Plan General del Este, con las fronteras europeas anteriores a 1938. La línea de puntos señala la extensión de la segunda fase de la colonización que incluye el Reichskommissariat Ostland (1941–1945) y el Reichskommissariat Ukraine (1941–1944). El Moskowien y el Kaukasien nunca se constituyeron .

Para poner en práctica este plan, que dividía el futuro territorio en 4 regiones,  Adolf Hitler crea en julio de 1941 ( escasos días después de la invasión a la URSS) el  Ministerio del Reich para los Territorios Ocupados del Este , al frente colocaba a un hombre de su confianza, Alfred Rosenberg.

¡Este tipo!,  Nacido durante  la Rusia zarista en la ciudad de Tallin. Su familia pertenecía a una etnia no eslava, los  llamados «alemanes bálticos» y  gozaba de una buena posición económica por lo que él accedió en 1910  a la Universidad Politécnica de Riga , donde estudió Arquitectura. En tiempos de  la I Guerra Mundial se trasladó a Moscú para proseguir sus estudios en la Escuela Técnica de Ingeniería  (Baumann). Durante los tiempos convulsos del año 1917, primero apoyó el movimiento monárquico junto a  grupos nacionalistas bálticos. Una vez derogado el poder del Zar,  siguió prestando su apoyo a los ideales nacionalistas enfrentados a los intereses bolcheviques.

En esos tiempos, los movimientos nacionalistas eran una realidad y Alemania comenzaba a soñar con expandir su «espacio vital». Meses antes de finalizar el conflicto, Rusia con un gobierno ya bolchevique, se retira de la I Guerra Mundial y firma  el tratado de Brest Litovsk. Rusia cede  grandes cantidades de su territorio; Estonia, Letonia, Polonia, Bielorrusia, Finlandia, Besarabia (la actual Moldavia), Ucrania, Armenia, Azerbayán, Georgia y parte del Cáucaso. Durante la guerra, Alemania había conquistado ya militarmente los territorios de Curlandia, Lituania y Polonia, pertenecientes al Imperio Ruso.

Meses después finaliza el conflicto europeo con  el tratado de Versalles. Se inicia un complicado periodo de 28 años para los territorios del Imperio Austro-Húngaro, Alemania y el Imperio Otómano. Nuevas fronteras, nuevos países, algunos tutelados y otros independendientes que  provocan  durante el periodo de entre guerras movimientos forzosos de poblaciones étnicas lo que hace resurgir aún más los sentimientos nacionalistas, mezclados con fuertes tendencias políticas. Particiones  territoriales artificiales, incapaces de sobrevivir, desde un punto de vista político o económico que se ven alteradas varias veces, algunas hasta en 4 ocasiones, por el efecto de diversos tratados. Condiciones económicas en concepto de indemnizaciones que condenaron a estos nuevos países en muchos casos a la ruina, por ejemplo, Alemania ha terminado de pagar la deuda de la I Guerra Mundial en 2010.

Gracias a todos estos cambios europeos el ruso, nacido en Estonia y de etnia alemana Rosenberg, se convierte en alemán de pura cepa y por supuesto un individuo ejemplar dentro de esa especie superior  que los nazis llamaban «Raza aria» . Alemán, Ario, Anticomunista, Antisemita, Anticristiano, ¡Vamos! ¡un tipo tan ANTITODO  que incluso como arquitecto fue «Antimodernista» y cerca estuvo de ordenar destruir todos los edificios modernistas de las ciudades bálticas.

Evidentemente defensor de  la supremacía de la raza aria y decidido a utilizar  cualquier recurso para aniquilar a los subhumanos  y molestos eslavos, lo que le convierte en el hombre ideal para administrar los nuevos espacios que se han ocupado y los que según planes militares se van a ocupar.

Territorios que en los últimos 28 años habían tenido cambios de gobierno, independencias fallidas, movimientos étnicos y de fronteras, guerras civiles… y sobre todo fuertes sentimientos nacionalistas y antibolcheviques. Todo esto fue bien aprovechado por Rosenberg  para alimentar odios interétnicos  de los territorios que controlaba, haciéndoles creer que después de siglos de opresión eslava había llegado el momento de su venganza y participar en la aniquilación de eslavos y judios.   Estimuló el malestar entre las etnias «degeneradas y sometidas a la URSS» . Sus integrantes pasaron a ser «cooperadores del Reich» y  no entrarían en los planes de aniquilación dentro de la primera fase del GOT. Una política que comenzó ya con los eslavos polacos en 1940.

En 1942, momento en que más territorios de la URSS estuvieron bajo control alemán,  el III Reichhabía conseguido la «adhesión a su lucha antisoviética»de diferentes grupos en  Polonia, Lituania, Estonia, Letonia, Ucrania y el Caucaso.

Los territorios ocupados, bajo control administrativo, político y militar de lo que para los alemanes se llamaba el  Reichskommissariat Ostland, funcionaban como un inmenso campo de concentración sin rejas y sin nombre definido como podían ser los de Auschwitz o Treblinka.  Entre mediados de 1941 y finales de 1943 más de cinco millones de civiles  soviéticos fueron deportados a Alemania desde las regiones ocupadas de los cuales 3.104.000 fueron hombres, 1.498.000 mujeres y 633.000 niños menores de 16 años.

A pesar de las duras condiciones de vida a las que los estaban sometidos, espíritu del pueblo no llegó a quebrarse y desde el primer día un goteo constante de civiles al no poder unirse al Ejército soviético, se incorporaban a la lucha de guerrillas contra el invasor.

Destacamentos partisanos que se hicieron especialmente fuertes en Bielorrusia, sur de Rusia y Ucrania. Formados en gran parte por  militares que habían quedado aislados durante los primeros días en un intento de unirse a sus respectivos cuarteles a los que se unían todo tipo de civiles que habían sido expulsados de sus aldeas y privados de todo alimento (Cosechas y animales robados, campos quemados…) Ancianos, mujeres y niños, que incluso a costa de sus propias vidas, apoyaban una resistencia activa que abrió un importante frente en la retaguardia alemana y que poco a poco minaba su moral y su fuerza bélica. Saboteadores hábiles  que provocaban cortes de suministros,  fallos en las comunicaciones, bajas en sus filas no demasiado significativas pero si constantes… Enemigos invisibles muy difíciles de localizar en los tupidos bosques y que sobre todo consiguieron hacer fracasar  el objetivo de quebrar la unidad y el espíritu de la población civil dentro de los  territorios ocupados.

El  5 de mayo de 1942, exactamente el día de su 19º cumpleaños, a 30 km. de su aldea natal  un muchacho se  une a un destacamento partisano.   Formado durante el otoño de 1941 por iniciativa de un maestro de escuela con algo de experiencia militar al que acompañaban jóvenes campesinos de la región de Smolensk. El Destacamento Partisano nº13, se convirtió en un auténtico «dolor de muelas» para el invasor  todos y cada uno de los 1050 días que duró su actividad en la retaguardia alemana.

Misha, así se llamaba el joven, había abandonado la escuela a los 14 años para trabajar en los campos de su pequeña aldea de Yermoshinki. Con su primer dinero se había comprado una bicicleta y un acordeón. A pesar de no tener educación musical aprendió a tocar un gran repertorio de canciones populares. Con la  interpretación de «Valenki»,  su favorita, iniciaba las alegres tardes con su numerosa familia de 7 hermanos y sus padres. A sus 19 años,  como era habitual entre los partisanos,  hizo su juramento ante sus futuros compañeros y se fue a vivir a los bosques de Smolensk. El acordeón fue su único equipaje.

Los destacamentos partisanos,  tenían por costumbre escribir en un diario todas las actividades que realizaban. Incursiones y operaciones contra el enemigo, incorporaciones de nuevos miembros, bajas por fallecimiento de sus integrantes. Masacres contra la población civil de las que eran testigos. Junto a estos apuntes aparecían también otros que tenían más que ver con la vida cotidiana de los seres humanos. En muchos de estos cuadernos que se pueden ver hoy en museos hay apuntes de nacimientos, bodas, incluso alguna celebración significativa de días especiales como el Año Nuevo o el Aniversario de la Revolución. Fiestas que eran acompañadas con  música popular de improvisados  artistas y en las que es de suponer el joven acordeonista participara con sus canciones favoritas.

«Valenki» Interpretada por Lidia Ruslánova . La cantante ofreció un concierto en la escalinata del Reichgtag el 2 de mayo de 1945, pocas horas después del anunció de la rendición de Berlín

En un intento de destruir el movimiento partisano, las autoridades de la SS, armaron y estimularon con más fuerza la actividad de los grupos «nacionalistas antisoviéticos» que conocían y utilizaban las mismas tácticas guerrilleras. Colaboracionistas  con los uniformes de la Calavera hasta el último día de la guerra, muchos de ellos fueron hechos prisioneros durante la Batalla de Berlín.

En octubre de 1943 en Possen, Himmler abrió su discurso refiriéndose a los partisanos rusos. Un asunto que le repugnaba especialmente, puesto que reconocía  la necesidad de apoyarse en los grupos antisoviéticos fieles al nazismo formados por minorías étnicas eslavas, es decir, pertenecientes a la especie subhumana indigna, como el caso de Andrey Vlasov. Un discurso cargado de racismo y desprecio hacia la raza humana  que fue repartido por escrito entre los asistentes y que  se utilizó a modo de prueba en los procesos de Nuremberg.

» …de la inferioridad de la raza eslava y sobre cómo la minoría alemana podía prevalecer sobre ellos. Se deben matar también a las esposas e hijos de estos partisanos y comisarios. Sería un debilucho y un criminal para nuestros descendientes si permitiera que crecieran los hijos llenos de odio de los subhumanos que hemos liquidado en esta lucha de la humanidad contra la subhumanidad».

«Si las naciones viven en prosperidad o mueren de hambre me interesa solo en la medida en que los necesitemos como esclavos de nuestra cultura; de lo contrario, no me interesa. Si 10000 mujeres rusas caen por agotamiento mientras cavan una zanja antitanque solo me interesa en la medida en que la zanja antitanque para Alemania esté terminada».

El destacamento partisano n 13, al que se había unido el joven Mikhail Alekseyevich estaba comandado por Sergey Vladimirovich Grishin , desde 1941 había crecido en integrantes y avanzado sobre el suelo de la región deSmolensk. En 1942 el destacamento pasó a convertirse en Regimiento partisano 13, contaba con más de 700 integrantes. En mayo de 1943 entraba en las tierras de Bielorrusia. En abril de 1944  se convirtió en la unidad especial partisana «13». La unidad guerrillera dirigida por Grishin infligió grandes pérdidas al enemigo. En los cuadernos correspondientes a 1943, están computadas la destrucción de 40 guarniciones enemigas, con un total de bajas de 14 mil soldados y oficiales enemigos. Destruidos 333 trenes ferroviarios, 2 trenes blindados, más de 1000 vehículos, 9 tanques. Volados 97 puentes y 2 estaciones ferroviarias. Destruidos cientos de kilómetros de vía férrea y carreteras. En julio de 1944, la unidad partisana se unió con el 5º Ejército del 3º Frente Bielorruso .

Continua en … y diente por diente

 

Cada cazador desea saber donde se posa el faisán

Algunas personas piensan que el nombre de Plaza Roja proviene de la afición del comunismo al color rojo. NO ES CIERTO. Ese lugar ya era llamado así mucho antes de que nacieran Lenin y el bolchevismo. Otros opinan que se debe al color de las murallas del Krémlim, cosa que tampoco es cierta. Cuando el Zar Iván IV (el Terrible ) mandó construir la plaza las murallas eran de color blanco. Ivan Vasilievich, (así se le conoce en los libros de historia rusos y no con el número IV ni tampoco con su apelativo de «ElTerrible»), inició la reforma por necesidades de crecimiento y ordenamiento urbanístico. La zona de la Plaza Roja estaba comprendida dentro del recinto de otra muralla anterior que había existido. Un espacio que poco a poco se llenó de edificios de madera desordenados. La zona después de 300 años de calles embarradas y de múltiples incendios no era muy del agrado del zar y decidió dar dignidad a lo que ya era el barrio comercial de la ciudad de Moscú. Se construyeron nuevos edificios comerciales en ordenadas filas. Como les gusta decir a ellos todavía en la actualidad  «líneas comerciales» que ocuparon el espacio más cercano al viejo krémlim y en la parte más alejada  se levantaron edificios donde vivían los mercaderes o donde tenían acomodo las viejas caravanas que llegaban para abastecer la ciudad. Por cercanía al Krémlim, recinto en el que estaba centralizado el poder del estado del ya Zarato Ruso se fue llenando completando el espacio con  viviendas de nobles y  monasterios del clero.  Iván Vasilievich, quiso crear un espacio de reunión e información en el lugar que hoy en día ocupa la Plaza Roja. Se comenzaron allí a leer los ucases (Decretos del zar o leyes)  y  también era el lugar de las ejecuciones. Hay que tener en cuenta que en esos años estas cosas eran normales en todo el territorio europeo y los castigos recibidos por los que incumplían la ley tenían un carácter educativo para el resto de la población y un añadido de humillación y escarmiento que hoy no tienen.  Los más imaginativos opinan que el nombre deriva del color de la sangre que se derramó en las ejecuciones por aquel entonces. Lo que tampoco es cierto. Sin embargo, si hay firmes teorías que el nombre no pero el tamaño si tenía algo que ver con aquellos hechos.  Las malas lenguas dicen que la superficie de la plaza es fruto de la primera demostración de autoridad de este Zar. Los boyardos eran la nobleza rusa de la época y entre ellos existían rivalidades y luchas de poder que se plasmaban en pretender controlar al zar de turno de alguna manera. ¡Vamos! algo que era habitual en todas las monarquías europeas de la época y sus métodos iguales en todas partes. Un gran grupo de ellos, fue acusado de traición en cuanto Iván cumplió los 18 años y se vio libre de sus malas artes. Fueron castigados por conspirar contra su padre, asesinar a su madre y controlar el estado en su beneficio haciéndole temer por su vida desde su aislada infancia.. Las leyendas dicen que el espacio que destinó a la Plaza es el mismo que ocuparon los cuerpos empalados de los boyardos.

No sólo delimitó el espacio sino que mandó construir uno de sus elementos más bellos, la Iglesia dedicada a la Dormición de la Virgen en agradecimiento a la Virgen de Kazán por su protección en la batalla con la que se terminó el poder tártaro-mongol en Rusia, un periodo que se alargó aproximadamente 300 años. Hecho que marca el final de la Edad Media para el país. La Iglesia es conocida hoy en día, sobre todo para los turistas como la Catedral de San Basilio.

El nombre de la Plaza, realmente deriva de una curiosidad lingüística, la adaptación de antiguas costumbres y la personalidad del alma rusa.

El extraño título de  este post y que puede parecer un proverbio o un refrán, en ruso  es una frase mnemotécnica para recordar la secuencia de colores del arco iris y puede ayudar también a los que estudian el idioma ruso. La letra inicial de cada palabra en el  ruso actual  corresponde de manera ordenada a un color (Kazhdi Ojotjik Zhelaet Znat Gdié Sidit Fazán).  Rojo (krasni), naranja (oranzhevi), amarillo (zhiolti), verde (zelioni), azul claro (goluboi), índigo (sini) y violeta (fioletovi).

En tiempos de Iván Vasilievich la plaza recibió el nombre de Krásnaya Ploshad. En el idioma actual efectivamente es el adjetivo rojo en su versión femenina, pero en el siglo XVI no era así. En ruso antiguo que era lo que se hablaba en esas tierras por entonces, la raíz красно (krasnó) tenía el significado de bello y de ella evolucionaron dos adjetivos diferentes. El primero que puede traducirse por  «bonito o bello» (красивый krasívyy) y «rojo» (красный krásnyy). Esta asociación lingüística  no es casual, ya en el momento de la evolución del idioma en Rusia el color rojo tenía un significado especial y  formaba parte de su identidad cultural. Una identidad que hacía que se percibiera el rojo como el color más bello.

En todo el planeta, la luz del atardecer tiene tonos rojizos pero en los cielos de los países más alejados del ecuador esa tonalidad se intensifica aún más por la distancia con el sol. Este es el caso de los cielos de Rusia. Desde tiempos antiguos esos matices rojizos fueron percibidos por los antiguos pobladores como algo mágico. A los frutos, flores o animales que de manera natural tuvieran ese color se le atribuían propiedades curativas o protectoras. Se inició muy pronto la búsqueda de pigmentos naturales que transmitieran a otros objetos matices del color rojo para así trasladar sus  cualidades protectoras. Madera, tejidos, pieles o cueros eran «bendecidos» al teñirse de ese color y actuaban como amuletos. El color del sol y el fuego representaba la vida. Se han encontrado restos de pigmento rojizo en los lugares donde se realizaban las ceremonias mortuorias de los viejos eslavos. Su presencia indica la utilidad del pigmento rojo en algún momento de la ceremonia. La hipótesis más apoyada hace suponer que el color rojo se utilizara para  restaurar el color en las caras  antes de la incineración en  piras funerarias. Viejas leyendas y poemas medievales hablan de objetos de color rojizo portados por los antiguos y míticos guerreros. Usados para tener  poderes extraordinarios y con ellos han sido pintados posteriormente,  botas, cinturones, ropajes o escudos, etc. Algunas teorías dicen que el término «ruso», proviene de una antigua raíz eslava que significaba rojizo, haciendo mención al color de pelo característico (rubio oscuro) de los eslavos antiguos y a su tono de piel a diferencia de sus vecinos suecos y fineses.

En los cuentos tradicionales rusos también aparece el color rojo  en los regalos  que recibe el protagonista y que le ayudarán a superar las pruebas a las que es sometido (Manzanas, cintas, pañuelos) o en los seres extraordinarios que ayudan al héroe,  como el pájaro de fuego o los caballos alazanes.

A principios del siglo XX, el pintor ruso Kandisky atribuyó sonidos a los colores. Comparó el color rojo con los tonos del violín, «de color ardiente con un carácter inmaterial e inquieto. Recuerda a la alegría juvenil, pero en tonos oscuros simboliza la madurez viril». 

El tiemplo fusionó significados, creencias, supersticiones y tradiciones. Lo que antes era un amuleto protector pasó a considerarse bello y siguió formando parte de la identidad cultural y la tradición. El cristianismo ocupó la parte espiritual y el color rojo fue marcando las pautas de la vida diaria. Representaba el nivel más alto dentro de la sociedad,  en un primer momento vestir de ese color estaba reservado a la nobleza y al zar, entre otras cosas por el alto coste de los pigmentos. Las botas rojas eran un elemento de distinción. El color fue adquiriendo un significado de poder,  riqueza y fortuna.  Empezó  a decorar  las estancias femeninas de las viviendas conservando la simbología pagana  de la fertilidad. Durante la dominación tártara, el color rojo  se vio aún más reforzado por la influencia asiática que añadió energía, felicidad, suerte y celebración a su significado. No es de extrañar que al evolucionar el idioma al final de esta época los adjetivos bello y rojo estuvieran asociados en la mente de cualquier ruso. El color rojo era un color magnífico que representaba gran parte de  los valores  de la sociedad del momento. Los pigmentos para teñir además de mejorar se fueron abaratando en coste lo que llevó al color rojo a ser utilizado con más profusión en la decoración de  los hogares sin distinción del estatus social en momentos de celebración y fiesta. El rojo inundó las vestimentas con cintas, pañuelos y bordados al igual que los manteles de las mesas de las celebraciones y reuniones familiares. Fiestas religiosas fusionadas con  paganas que se fueron tiñendo de rojo poco a poco. El malentendido que produce la asociación de los adjetivos no sólo ocurre con la Plaza Roja, hay varios ejemplos que arrastran desde hace siglos el mismo equívoco.

Desde la adopción en el siglo X del cristianismo en Rusia, la fiesta religiosa más importante es la Pascua. La costumbre cristiana de los huevos de Pascua se arraiga en el país. Hoy en día no faltan en las casas los huevos de colores y con decoraciones diferentes. Se hacen juegos con ellos y se consumen el día que acaba el Gran Ayuno de la Resurrección. Originariamente  estos huevos se teñían con cebollas y sólo de color rojo. Su nombre deriva de la misma raíz, krasanka. Hoy existe otro nombre (pisanka) para nombrar a todos los huevos de colores o decorados pero  los de color rojo siguen llamándose «bellos».

Pasada la Pascua, llegaba el momento de dedicarse a cosas más mundanas y menos espirituales. El domingo siguiente a la Resurrección, la Iglesia reabría la temporada de bodas, prohibidas durante la Cuaresma,  ¡el ayuno era para todo!

Ese día, los cristianos ortodoxos celebran la Aparición de Cristo al Apóstol Tomás. Una fiesta que se mezclaba con la tradición pagana del inicio de la primavera.  Buen tiempo, buen momento del campo para dedicarse a otras cosas, ¡Una boda! ¡gran oportunidad  para hacer que los jóvenes solteros participen en juegos y bailes donde conocerse y donde las antiguas casamenteras se afanaban en apalabrar nuevos matrimonios. Vuelven a entrelazarse las costumbres y a crear nuevas tradiciones. Bailes en grupo, alegres canciones, juegos de palabras con sortilegios… Esta festividad es conocida como «Montaña Roja» (Krasnaya Gorka), de nuevo la misma raíz juguetona ¿no será «Montaña Bella»? Ha podido conocerse con otros nombres como «La primavera roja» o las «Vacaciones rojas». Una fiesta que se extendía a varios días.  Amor, pasión, celebración y alegría, el sustantivo cambia pero el color… Y puestos a celebrar con los vivos, también se debe celebrar con los muertos. La celebración se extiende a los cementerios. El día se convierte en un día de visita a los seres queridos que ya no están en este mundo y los vivos con sus meriendas llenan de ruido y alegría los silenciosos cementerios.  Esta parte de la fiesta es la que más se ha conservado en nuestros días. El domingo después de Pascua los rusos ortodoxos acuden en masa a visitar a los que ya no están, la fecha sigue llevando el nombre «montaña roja» y la costumbre de llevar comida y compartirla en el cementerio todavía se conserva en algunos rincones del país, sobre todo en la zona sur y  el ámbito rural.

Pintura en miniatura representando la fiesta de la Montaña

El arte religioso también utiliza los colores de manera simbólica y a modo de código. El color rojo es utilizado principalmente  en las imágenes de la Resurrección de Cristo por ser el color del amor y la vida, pero al mismo tiempo es el color de la sangre y el sufrimiento, y por eso los mártires son representados con ropajes de color rojo.

A partir del siglo XVI en los hogares rusos, incluso los más humildes, existía el llamado “rincón rojo”, un lugar importante de la habitación principal, donde se instalaban los iconos para la oración hogareña. El rincón desde hace siglos cumple unos requisitos de orientación determinados. Situado en la perspectiva que se observa al abrir la puerta y poder mirar el «rincón  bello”. Preferiblemente situado en la pared que mira al este. La colocación de los iconos está perfectamente reglada por los casi 1000 años de tradición. El espacio central corresponde a la representación de Cristo Salvador a su derecha la representación de la Virgen. Si es posible, las representaciones de los santos se colocarán debajo y sino a los lados.

El «rincón rojo» suele tener también un espacio dedicado a los que no están. Una fotografía en su recuerdo o algún objeto cotidiano del fallecido que se colocaban en un plano inferior.

Rincón rojo en una viviendatradicional. 2019

Una tradición que persiste en el tiempo y puede apreciarse en muchas casas rusas, en los pisos modernos, en los hogares de los jóvenes y mayores.

Desde el siglo XVIII el color rojo formaba parte de la bandera imperial, representando el poder y la soberanía. El concepto Patria se había unido ya a todos los demás significados del brillante color.

Cuando llegó la revolución el color rojo estaba instalado en la tradición y en la cultura y formaba ya parte del espíritu ruso. Al convertirse en símbolo político de la URSS, el color rojo inundó las calles. En los primeros años Mayakovski y sus colegas futuristas proclamaron  el “Decreto nº 1 sobre la democratización de las artes”, el arte abandona los “palacios, galerías, salones, bibliotecas y teatros” y convierte las calles de la ciudad en  escenario de una “fiesta del arte para todos”.

No es difícil entender que el nuevo color fuera aceptado por los rusos de la época y adoptado rápidamente como un nuevo símbolo político representando a la revolución y al comunismo. El rojo se instala entonces en las calles de la ciudades, tiñe de color, pinturas, edificios, carteles, mosaicos.

Hoy ese significado político ha dejado de existir y se ha convertido en una etapa histórica. El color rojo sigue manteniendo su significado de Patria y Victoria, incluso para los no comunistas. La afición al color rojo se mantiene en el tiempo. El color forma parte del espíritu ruso por todas las atribuciones que le ha dado la tradición y la historia. Sigue siendo el elegido en las flores que tanto regalan, en las decoraciones festivas, o en las decoraciones de la artesanía tradicional y en la costosa porcelana.  Por su puesto sigue transmitiendo energías de alegría y celebración y se mantiene presente en las festividades y reuniones familiares.

No es de extrañar que cuando un ruso ve las  brillantes estrellas rojas que coronan los pináculos de las torres del Krémlim piense inmediatamente que son las más bellas de todo el universo. Tampoco es necesario ser comunista para que un ruso vea la Plaza Roja como el espacio más bello del planeta. Es bastante habitual escuchar una sola palabra que sale de su boca y que proviene de lo más profundo de su alma. No necesita más para expresar lo que siente; «¡Prikrásno!» ¿«¡Prikrásno!»?¿Magnífico? ¡La misma raíz juguetona en el centro de la palabra!

Cuando la música apagó el ruido de la guerra

Vivimos tiempos extraños, todos los países luchamos contra un enemigo común, ésta vez el enemigo no es un país invasor, no es un humano ávido de poder, es un sencillo ser vivo que necesita a otros para sobrevivir y multiplicarse..

Una característica especial del alma rusa es su patriotismo. Desde el inicio de su identidad como tribu, en su cultura y a través de todas las generaciones se ha mantenido el espíritu de la supervivencia del grupo. ¿De qué vale la supervivencia del individuo si eso significa perder a su familia, sus tradiciones, su cultura o su grupo social?  Los antiguos eslavos ya grabaron en su ADN ese instinto. No importa quien ha sido el enemigo, no importa el momento de la historia ni tampoco ha importado mucho el nombre del país o el sistema político que representaba.

30 de abril de 2020, Rusia debería estar ultimando los preparativos de su fiesta más preciada.  Además del gran desfile que todos los años se celebra con el mismo protocolo que el de 1945 o el gran concierto que convierte a la Plaza Roja en un inmenso escenario y que culmina con fuegos artificiales. A lo largo del país se repiten desfiles, conciertos, reuniones y celebraciones en las que participan de uno o de otro modo todo la nación. Actos públicos en los que se demuestra el orgullo de las nuevas generaciones  por todos y cada uno de los miembros de una generación anterior que sacrificó sus intereses personales por el bien común del país. Miles de reuniones familiares en los que se recuerda las experiencias de vida de los abuelos durante aquellos dolorosos años. Pequeños espectáculos  inundan las calles del país impregnando el ambiente de las ciudades del recuerdo, canciones conocidas por todos, escuchadas desde la infancia y a veces interpretada en los cientos de funciones escolares. Las ciudades decoradas con los símbolos de la victoria transportan el espíritu de aquellos que las habitaban durante aquellos años . No existe , en la actualidad, una sola familia en Rusia que no haya escuchado directamente de las bocas de sus abuelos  la realidad, el dolor,  y el sufrimiento que vivieron provocado por un enemigo que invadió el país con la peor de las intenciones; aniquilar a la población, destruir su cultura para hacer olvidar su memoria, ocupar su territorio y esclavizar a los supervivientes. Ante ese futuro, no hubo otra opción, solo levantarse y luchar cada uno desde el papel en la sociedad que le había tocado vivir.

Mientras el ejército se enfrentaba al enemigo, la población organizaba las defensas de las ciudades, formaban milicias, se dedicaban a cavar trincheras, a preparar refugios para la población ante los bombardeos aéreos o a buscar los restos de bombas y artefactos incendiarios que sembraban de muerte las ciudades. Se formaron brigadas contra incendios, brigadas sanitarias, …. se ocupaban los puestos de trabajo en las fábricas que los soldados que partían al frente dejaban libres. Se trasladaron fábricas, se transformaron en muchas ocasiones sus líneas de producción.  Latas de conservas de hojalata que hasta entonces contenían alimentos, se reforzaron para contener «productos explosivos», algunos dicen que hasta las fábricas de cigarrillos pasaron a convertirse en fábricas de balas, puesto que unos famosos cigarrillos soviéticos tenían exactamente el mismo diámetro que la munición más empleada por los soldados en el frente. La industria textil, la producción agrícola, …. nada podía parar. Todo era necesario para abastecer en primer lugar al ejército y  después al resto de la población. Con los hombres de 8 a 50 años en el frente y con muchas mujeres jóvenes también en la primera línea de combate, todos esos puestos de trabajo eran ocupados por menores, mujeres, jubilados o enfermos no aptos para la lucha.  Un  esfuerzo colectivo tan titánico como  necesario para la consecución de la Gran Victoria. A pesar de la escasez de alimentos, a pesar de las jornadas laborales interminables, a pesar de la cercanía del enemigo, es sorprendente que todavía quedara tiempo, fuerzas y recursos para mantener las escuelas abiertas, muchas de ellas tuvieron que adaptarse a nuevas formas de dar clase, y desgraciadamente tuvieron que ver como cada día perdían alumnos. Como en los cuadros con las fotografías de los graduados, cada vez había menos fotos, ya que en pocos días esos mismas fotos se utilizaban a manera de esquelas…. A pesar de todo ese dolor y sin razón, el mundo de la cultura tampoco dejo de alimentar el alma de los ciudadanos ni de su ejército.

Leningrado. En una ciudad que sobrevivía a un año de cerco, donde  el ruido de los bombardeos ya no asustaba a sus habitantes y donde el hambre actuaba como gran aliada del enemigo, su población todavía gozaba de pequeños espectáculos organizados en algún teatro de la ciudad.

El 9 de agosto de 1942, bajo la batuta de Karl I. Eliasberg, director de la Orquesta de radio de Leningrado, se estrenó en la Sala de la Orquesta Filarmónica de la sitiada ciudad la «7ª Sinfonía en Do mayor, op.60 » de  Dimitri  Shostakovich . Conocida como la Sinfonía de Leningrado pronto se convirtió en  símbolo de la resistencia, no solo para la ciudad sino para todo el país. El primer día de ensayo solo aparecieron 15 músicos, la orquesta hubo de formarse con supervivientes de  otras orquestas de la ciudad a los que  se sumaron músicos que estaban luchando en el frente cercano. Ese primer día, los intérpretes de  instrumentos de viento no fueron capaces de conseguir sonido alguno de sus instrumentos y el resto de sus compañeros tampoco tuvieron fuerzas para alargar el ensayo hasta 1 hora. Resultaba casi imposible pensar en interpretar una obra que dura casi 80 minutos, y esta compuesta para una Gran Orquesta de más de 100 músicos.

La tenacidad hizo posible el milagro,  desde el Gran Salón de la Filarmónica el 9 de agosto de 1942 la música inundó la ciudad. A través de altavoces todos los ciudadanos de Leningrado escucharon la voz del director presentando la obra

«Camaradas: está a punto de ocurrir un gran acontecimiento en la historia cultural de nuestra ciudad. En unos minutos, escucharemos por primera vez la Séptima Sinfonía de Dmitri Shostakovich, nuestro destacado ciudadano. Escribió esta gran composición en la ciudad durante los días en que el enemigo intentaba, locamente, tomar la ciudad.  Cuando los cerdos fascistas estaban bombardeando y bombardeando toda Europa, y Europa creía que los días de Leningrado habían terminado. Pero esta actuación es testigo de nuestro espíritu, coraje y disposición para luchar. ¡Escuchen, camaradas!»

Solo entonces las mágicas notas comenzaron a fluir inundando con su sonido toda la ciudad. La música debía ser escuchada por el enemigo para demostrar cual es el verdadero espíritu de los leningradenses….

El Ejército soviético había asegurado con antelación el «silencio de las armas enemigas». Tres mil proyectiles de alto calibre cayeron sobre los invasores previa localización días antes de los puestos de observación y baterías alemanas. El propósito de la operación era evitar que los alemanes atacaran la sala de conciertos y garantizar el silencio necesario para escuchar la música.  El General  Leonid A. Govorov,  Comandante del 55º Ejército fue el encargado de diseñar el bombardeo, en su cuaderno de notas escribió  en referencia a la participación artillera «también tocamos nuestro instrumento en la sinfonía».

El Ejército había alentado a los soldados de todo el país a escuchar por radio el concierto. Las crónicas describen la actuación de no muy buena calidad artística, pero nunca se volvería a conseguir tanta emoción en el público. En las notas finales y debido al agotamiento que provoca la hambruna, algunos músicos vacilaron al tocar sus instrumentos, en un gesto de apoyo y de manera espontánea el público se puso en pie y comenzó a aplaudir….

La ovación duró ente aplausos y lágrimas 1 hora y la crítica calificó  la obra como una «biografía musical del sufrimiento de Leningrado».

Uno de los alemanes que escuchó aquel día la música desde las trincheras declaró años después de la guerra: “Fue el día del estreno de la Sinfonía de Leningrado que nos dimos cuenta de que perderíamos no solo la batalla, sino toda la guerra. Entonces sentimos el poder del pueblo ruso, que podía superarlo todo, el hambre y la muerte. ¿Es posible derrotar a un país en el que, durante operaciones militares tan terribles, bloqueos y muerte, destrucción y hambre, las personas logran escribir un trabajo tan poderoso y realizarlo en la ciudad sitiada? Creo que no Esta es una hazaña única » 

Donde ataca la guardia, el enemigo no resistirá

Continuación de Por el valor y el coraje demostrado incluso a costa de la propia vida

El historiador griego Herodoto situó el Reino de las Amazonas en las tierras que se encuentran entre el Mar de Azov y la cuenca del río Don. Las mitológicas guerreras existir, existir… no está muy claro si de verdad existieron. Algunos dicen que vivían en la Táurida y que estaban unidas a los pueblos escitas,  otros opinan que de esa unión nació el pueblo sármata y  para otros nunca existieron. Su nombre ha llegado a nosotros a través de las leyendas y de la cultura griega.  El desconocimiento de las costumbres en época antigua de los habitantes de las estepas (escitas) todavía es muy desconocido para los historiadores. Se han encontrado tumbas de mujeres enterradas  rodeadas de armas al igual que los hombres guerreros.  «La princesa de los hielos», una de esas mujeres que hoy está bajo el estudio de los científicos, puede que tenga la respuesta a todas las incógnitas.

La mitología eslava y los poemas épicos medievales (Bylini) relatan historias de heroínas invencibles, inteligentes y poderosas. Excepcionales guerreras instruidas en el manejo del arco, fuertes con la espada, cabalgando incansables por las estepas sobre briosos corceles,  siempre dispuestas a defender sus hogares de enemigos de todo tipo.  Dicen que nacían en un lugar secreto de la meseta de Valdai, donde nacen el Volga,  y el Dnieper. Las mismas aguas que vieron aparecer las viejas ciudades y los antiguos principados eslavos.

Relatos antiguos en los que se habla de la participación activa de las esposas en los combates contra guerreros polacos y lituanos, no solo para verter aceites o resinas y acumular flechas o piedras. Defendían con espadas y arcos las puertas  de sus casas y  las murallas de sus ciudades.  Se habla de mujeres que elegían prender fuego a sus viviendas con sus hijos y ellas dentro antes de caer en manos enemigas. Elegían la muerte antes que una vida de esclavitud.  Viejos documentos también hablan de mujeres cosacas que estaban a la par de los hombres en las guerras contra cuando llegaban los momentos de peligro y no dudaban en tomar las armas para defender sus casas y a sus hijos.

El 18 de septiembre de 1941, 4 divisiones de Infantería por su heroísmo masivo,  su valentía y su gran maestría bélica, mostrados en combate, recibieron las primeras banderas de la Guardia.  Nacían así las divisiones de élite del Ejercito Rojo. En la parte posterior de la bandera se leía: «¡Muerte a los ocupantes alemanes!». Sus integrantes se distinguían con un emblema especial en la parte derecha del pecho que recibían tras juramento; «Donde ataca la Guardia, el enemigo no resistirá, donde se defiende la Guardia, el enemigo no avanzara,…»

Algunos autores cifran en 800.000 las mujeres que ingresaron en el Ejército durante los años de la Guerra Patria. Cientos de ellas formaron parte de diferentes agrupaciones de la Guardia. Para ellas, al igual que para sus compañeros, sólo existían 2 opciones vencer al enemigo o morir en el intento. Cumplieron su juramento.  Lucharon hasta el final de la Guerra o hasta el final de sus vidas.

En 1939, poco antes del inicio de la Guerra en la Academia de las Fuerzas Blindadas y Mecanizadas, se graduó como parte de la tripulación de un T-40 la comandante Lydmila Ivanovna Kalinina. Bajo su mando, durante la Guerra llegaron a estar tres batallones de reparación y restauración y varias unidades involucradas en la evacuación  de vehículos blindados dañados. Después de la guerra, sirvió en la Dirección Principal de las Fuerzas Armadas, su nombre, está considerado entre los 200 oficiales de mayor importancia durante el periodo  de la Gran Guerra Patria.

En 1941, las mujeres soviéticas se subieron a los tanques  y al igual que las míticas amazonas cabalgaron por las estepas. Manejaban fusiles y cañones con la misma habilidad que las hermanas Mikulishna manejaban el arco o la espada y con la misma valentía e inteligencia de María Morevna o Vasilisa. El espíritu de las antiguas guerreras escitas resurgió en ellas y se unieron a los hombres para defender sus hogares y ciudades. El 2 de agosto de 1944 se concedió a título póstumo a la Sargento de la 26ª Brigada del 2º Cuerpo de Tanques de la Guardia María  Vasilievna  Oktiábrskaya  el título de Héroe de la Unión Soviética. 

Sepultura de María Oktiábrskaya, en lugar de honor, junto a la muralla del Krémlim de Smolensk

En la propuesta de condecoración puede leerse; «En el transcurso de las operaciones de combate y en el período de formación de la brigada, la camarada Oktiábrskaya cuidó su máquina de guerra. Su tanque nunca tuvo paradas forzosas o averías. La camarada Oktiábrskaya se vengó de los fascistas por la muerte de su marido con el tanque adquirido por cuenta propia. La camarada Oktiábrskaya ha sido una guerrera audaz e intrépida.».

María había nacido en la Táurida (Crimea) y falleció en Smolensk a orillas del Dnieper. Cabalgó en las estepas sobre un tanque T-34 al que bautizó como el «Compañera de Frente». A sus 36 años había sido rechazada para el Ejército por enfermedad. Lejos de desanimarse se dedicó con su hermana a realizar  labores de bordado que vendieron al igual que todos sus objetos de valor. Envió al mismísimo Stalin una carta con los 50.000 rublos reunidos.

«¡Querido Iosif Vissariónovich!
Mi marido, el comisario de regimiento Oktiábrskiy Ilyá Fedótovich, ha muerto en los combates por la Patria. Por su muerte, por la muerte de todos los soviéticos torturados por la barbarie fascista, deseo vengarme de los perros fascistas para lo cual ingreso en el banco público todos mis ahorros personales (50.000 rublos) para la fabricación de un tanque. Solicito que el tanque se llame «Compañera de Frente» y yo sea destinada como su conductora. Tengo formación de conductora, manejo de forma excelente la ametralladora y he sido nombrada Tiradora de Voroshílov. Le mando un cálido saludo y le deseo salud por muchos, muchos años, para mayor terror de nuestros enemigos y mayor gloria de nuestra Patria. OKTIÁBRSKAYA María Vasílievna.»

El 18 de enero de 1944, aplastó con su tanque tres nidos de ametralladora y a 20 soldados y oficiales enemigos Un proyectil destrozó la rueda de transmisión delantera izquierda del «Compañera de Frente». La conductora Oktiábrskaya procedió a la reparación bajo fuego enemigo pero el fragmento de una mina que explotó en sus proximidades la hirió en un ojo. Murió en el hospital 2 meses más tarde después de diversas operaciones en un intento de extraer la metralla que se alojaba en su cerebro.

Sus compañeros mantuvieron en su honor el nombre del tanque y con él siguieron combatiendo. Enviado a reparar tras la liberación de Minsk fue sustituido y con el mismo nombre este segundo tanque fue abatido en Kaliningrado.  La memoria de María persistió entre sus compañeros tanquistas. Un colectivo de mujeres de la fábrica de pan de Sverdlovsk compró con sus ahorros un nuevo T -34 , de nuevo con el nombre «Compañera de Frente». Las mujeres entregaron su tanque  en la explanada de la fábrica al teniente K. I. Bayda de la 93ª Brigada de Tanques con las palabras: «Golpead al denostado enemigo».  Tras la guerra, el espíritu de María se mantuvo en la tradición. En la torreta de los tanques que aparece en los emblemas del 68º Regimiento de Tanques de la Guardia aparece el nombre del «Compañera de Frente».

Más de 20 mujeres formaron parte de las tripulaciones de T-34 o T-60 en diversas agrupaciones de la Guardia. Modernas amazonas que como conductoras, tiradoras o comandantes de carro lucharon contra el invasor alemán con el mismo ahínco que sus compañeros demostrando el valor y coraje necesarios en combate para formar parte de las unidades de élite del Ejército Soviético.

Durante el cerco de Leningrado, las unidades de artillería estuvieron formadas casi exclusivamente por mujeres debido a que el personal masculino había sido llamado a filas al comienzo de la guerra. En muchos casos la presencia de personal femenino en estas unidades fue superior al 80%.

El 1077º Regimiento Antiaéreo bajo el mando del coronel Raiynin, fue una unidad del Distrito Militar de Stalingrado.   El regimiento, al igual que muchas de las unidades de artillería antiaérea estaba compuesto en su totalidad por mujeres.

El 23 de agosto de 1942, el 6º ejército alemán lanzó su ofensiva contra Stalingrado. La 16ª División Panzer avanzó hasta llegar al aeropuerto de Gumrak. Ante el inesperado ataque y sin apoyo de infanteria, las mujeres pusieron sus cañones antiaéreos en la elevación más baja y respondieron al ataque de los tanques. Durante dos días el regimiento defendió su posición, en ese tiempo destruyó 83 tanques y 15 vehículos que transportaban infantería, dispersó tres batallones de infantería de asalto y derribó 14 aviones.

En los informes de la 16ª División Panzer con fecha 25 de agosto puede leerse «hasta la tarde tuvimos que luchar ‘tiro a tiro’ contra 37 posiciones antiaéreas tripuladas por tenaces mujeres, hasta que todas fueron destruidas».

El 42%  de los puestos de la asistencia médica fueron cubiertos por mujeres. Médicos destinadas a primera línea de frente donde atendían y operaban en condiciones inimaginables. En trincheras o en pequeños puestos protegidos del fuego enemigo por tanques o artillería anticarro operaban hasta 60 heridos diarios antes de trasladarlos a los hospitales de la retaguardia. Algunas perdieron la vista por operar bajo la luz de las lámparas de queroseno y jamás pudieron volver a ejercer la cirugía. Otras, muertas o heridas mientras intentaban salvar la vida de los soldados. Descansaban escasos minutos mientras se limpiaba y cambiaba al paciente de la rudimentaria mesa de operaciones. Sanitarias y enfermeras que se arrastraban por el barro y la nieve con la intención de cargar con los heridos hasta un lugar más seguro. Muchas veces ese lugar era el cráter de un proyectil cercano donde trabajaban  con cuidado de no elevar demasiado la cabeza para no ofrecer un blanco fácil, otras veces era necesario trabajar a escasos metros del enemigo amparadas por el silencio y la oscuridad de la noche. Siempre con su fusil dispuestas a disparar.

Maria Sergeevna Borovichenko .  Condecorada con la estrella dorada. En agosto de 1941, cuando las tropas alemanas ya  habían cercado Kiev, María apareció en el cuartel general de la 5ta Brigada Aerotransportada , comandada por el General Rodimtsev , pidió la admisión como enfermera. Participó activamente en todos los enfrentamientos con sus compañeros paracaidistas incluso en Stalingrado. En el verano de 1943, rescató a un herido momentos antes de ser aplastado por un tanque enemigo, cubriéndolo con su cuerpo a la vez que lanzaba una granada a los bajos de la pesada máquina a la que inutilizó. Desgraciadamente un fragmento de metralla la alcanzó en el corazón. 

Valeria Osipovna Gnarovskaya  El 23 de septiembre de 1943,  durante el tercer traslado de aquel día de heridos al puesto médico, vió acercarse peligrosamente 2 tanques tigers alemanes. Con tan solo 19 años, tomó un manojo de granadas y corrió hacia los pesados tanques. Se arrojó bajo uno de ellos reventándole antes de que pudiera abrir fuego contra el puesto médico. El segundo fue alcanzado por sus compañeros. Condecorada con la estrella dorada.

En 1942, una de las mujeres que servía bajo las ordenes de la Comandante Marina Raskova en el 125 Regimiento de bombarderos pesados solicitó el traslado a las unidades de Inteligencia del NKVD. Había adquirido amplia experiencia militar desde que se alistara en el Ejército rojo durante la guerra civil rusa, y conocimientos de español por haberse casado con un marino español que había quedado inmovilizado junto a otros compatriotas en el puerto de Odessa durante el conflicto. Experiencia y conocimientos que la llevaron destinada  a la España  de 1936 como agente del NKVD.  Entre otras cosas se especializó en la formación de las milicias republicanas. Con 40 años y apodada «la española» María Fortus, fue adscrita a la 4.ª Compañía Española del OMSBON,  unidad guerrillera dependiente del NKVD y compuesta  por soldados republicanos españoles.  Estas unidades fueron destinados a realizar acciones de sabotaje en la retaguardia alemana. Volaron  puentes y cientos de kilómetros de líneas férreas y carreteras. Sabotearon cuarteles, interceptaron valiosos informes, inutilizaron armamento alemán y muchas misiones más cuyos informes  todavía permanecen cerrados. Después de la guerra, María,  se dedicó a «cazar nazis» para llevarlos a los tribunales. El 14 de abril de 1970, una película soviética donde se refleja la vida de esta mujer, titulada «Saliut María» se estrenó en el Festival de cine de Moscú.

En los primeros meses de la Guerra los instructores de tiro detectaron en las mujeres una especial habilidad  para el disparo con carabina.  Muchas de ellas fueron derivadas a las escuelas de francotiradores donde fueron entrenadas unas 2000 mujeres.  Algunas de estas mujeres que podían trabajar en solitario o por parejas, dependiendo de la misión encomendada, acabaron  con más de 250 oficiales y soldados alemanes. Su alta eficacia  llevó a la creación el 21 de mayo de 1943,  de la «Escuela Central de Entrenamiento de mujeres francotiradoras». En 1945, más de 1050 francotiradoras y 407 instructoras habían salido de esta escuela,  aunque sólo 500 de ellas sobrevivieron.  Las tropas alemanas tenían órdenes precisas de ejecutar de inmediato a cualquier francotirador que cayera en sus manos. Muchas cayeron heridas o muertas al atravesar campos minados para acercarse a los blancos siempre cercanos a puestos de mando enemigos o zonas de especial vigilancia.

Tatiana Nikoláyevna Baramziná  prestó su servicio en el 3er Frente Bielorruso en el marco de la «Operación Bagration.» Eliminó a  16  oficiales enemigos con su rifle de francotirador, pero pronto empezó a tener problemas de visión. Se negó a ser retirada del combate y se capacitó como operadora telefónica. El 23 de junio bajo fuego de artillería  pesada reparó 14 veces la línea telefónica. El 5 de julio de 1944, el 3. °Batallón del 252. ° Regimiento de fusileros fue enviado a la retaguardia para capturar un cruce de carreteras y mantenerlo hasta la llegada de las fuerzas principales. El batallón se encontró con fuerzas enemigas muy superiores. Tatiana  trasladó y ayudó a los heridos a buscar refugio en el bosque cercano. Fue capturada y torturada durante 30 días, sus compañeros tuvieron que identificar sus restos por el cabello y su uniforme. Herida con una bayoneta de manera no mortal en el estómago, heridas de cuchillo en piernas y brazos para debilitarla desangrado su cuerpo, cortados sus pechos y sacados los ojos antes de morir al dispararla con un arma antitanque en la cara. Ella no rebeló ninguno de los códigos. Propuesta por sus compañeros a los que salvó la vida, le fue otorgada la estrella dorada a titulo póstumo con fecha 24 de marzo de 1945.

Incluso en esos años algunas mujeres tuvieron que recurrir al engaño para conseguir un puesto en el frente. Aleksandra Mitrofanovna Rashchupkina fue rechazada por el ejército por ser menor de 18 años y por su especial habilidad para conducir el tractor. Meses después y aprovechando un error en sus documentos se alistó como Aleksander Mitrofanov Rashchupkin, asignado como conductor a un T-34 en el 62 Ejército del general Chuikov. Stalingrado.  Sus compañeros durante meses nunca sospecharon que fuera una mujer hasta que en 1945, ya en tierras de Polonia su tanque fue alcanzado por el fuego enemigo.  Sacaron inconsciente al conductor y al retirarle su uniforme en llamas , sus compañeros vieron que bajo el  alegre y siempre sonriente rostro de Shashka se escondía una mujer.

Estas heroínas solo han sido una pequeña muestra del esfuerzo aportado  por las mujeres en el camino de la  Gran Victoria. Representan distintas armas, diferentes rangos, responsabilidades variadas y todas ellas son ejemplo de valor y heroísmo. Cuando la guerra terminó, el sector femenino quedó definitivamente asentado en el ejército soviético. En cuanto al país la fuerza de trabajo de la mujer en  1950 representaba el 47%  del total.

Yo no sé si las míticas amazonas existieron en la antigüedad, pero no dudo de su existencia en 1941, cabalgando sobre las llanuras sármatas y escitas como bien las situó Herodoto. Si tienen alguna duda sobre las «damas de las estepas» pregunten a los secuaces de Hitler que deben encontrarse en las profundidades del infierno donde ellas los enviaron.

Por el valor y el coraje demostrado incluso a costa de la propia vida

Dentro de pocos días celebraremos en todo el mundo el Día Internacional de la Mujer, y también durante este año recordaremos los 75 años de la Victoria sobre el nazismo. Por ello, creo que es un buen momento para recordar a las mujeres que en esos duros momentos tuvieron que defender su país y a sus familias ante el horror de los invasores nazis.

En los territorios de la retaguardia, muchas mujeres se sumaron a las brigadas civiles donde cavaron trincheras, arreglaron vías férreas y carreteras. Trabajaron  en la siderurgia pesada, en la minería, y hasta 16 horas al día en fábricas para abastecer al ejército de todo tipo de armas y municiones. Otras cosían y tejían uniformes, gorros, guantes… El campo,  fue arado y cosechado por mujeres. Por muy poco habitual que fuera hasta ese momento, no hubo ningún trabajo que una mujer en la Unión Soviética no pudiera hacer durante esos años. Ellas soportaron el peso y la responsabilidad de la producción industrial y la defensa civil durante los años de la Gran Guerra Patria, un hecho indispensable y fundamental para la consecución de la Gran Victoria.

En los territorios de la URSS ocupados por la Alemania nazi las  mujeres tuvieron que soportar humillaciones, torturas, violaciones, hambre, frío y todos los horrores imaginables mientras trataban de sobrevivir y proteger a sus hijos de los invasores. Utilizadas como mano de obra esclava, obligadas a trabajar acompañadas de sus niños en las tareas de desminado de campos o niñas condenadas a ser violadas una y otra vez hasta morir desgarradas delante de sus madres. En algunos de esos territorios después de más de 3 años de ocupación sólo sobrevivió el 30% de la población civil.

En muchas ocasiones he oído decir que las mujeres que se unieron al ejército durante la II Guerra  Mundial solo fueron destinadas a puestos de retaguardia como telefonistas o a sanidad militar en hospitales. En la Unión Soviética, esto no fue así, ya que la mujer aunque en escaso numero estaba incorporada al Ejército desde 1917 ocupando ya por entonces, puestos de combate en primera línea.

La «Operación Barbarroja»provocó un ingreso masivo de voluntarias en todas las ramas del Ejército Rojo. Hubo mujeres artilleras, tanquistas, pilotos de combate, conductoras, saboteadoras, partisanas… Mujeres destinadas a labores de inteligencia militar, formaron parte de las brigadas ferroviarias y sí, también telegrafistas y miembros de la sanidad militar. Como soldados o como oficiales muchas de ellas, al igual que sus compañeros hombres siguieron en el Ejército acabada la guerra, otras prefirieron volver a la vida civil después de la contienda.

Mujeres que  murieron en combate o sufrieron torturas horribles al caer prisioneras del enemigo antes de ser ejecutadas o enviadas a los campos de concentración. El ser mujer añadía una humillación mayor para el orgullo y soberbia de sus captores que solían reaccionar de manera mucho más agresiva con ellas que con los hombres. Los oficiales de la SS al darse cuenta de que aquellos que los habían puesto en jaque eran mujeres ejercían su poder de venganza hasta límites insospechados haciéndolas recibir torturas especialmente salvajes .

Merecedoras del respeto de sus compañeros fueron tratadas igual que el resto de los soldados por sus oficiales. Cientos de mujeres fueron galardonadas con  diferentes medallas y condecoraciones por sus acciones y méritos. Muchos días tendría que dedicar a escribir las hazañas que se relatan de manera detallada en los informes militares de todas y cada una de ellas.

Entre los  11 635 títulos de la mayor distinción del Estado que fueron otorgados por hazañas destacadas durante la guerra, casi un centenar de los premiados con la «estrella dorada» fueron mujeres. En muchas de las propuestas de solicitud, la mayoría a título póstumo aparece escrito «Por el valor y coraje demostrado en combate, incluso a costa de su propia vida…» .

Desde que se creara en abril de 1934 este galardón y antes del comienzo de la guerra, 3 mujeres ya lo habían recibido. Marina Mijáilovna Raskova  ingresó en el Ejército en 1933 como aviadora, al año siguiente, se convirtió en la primera mujer instructora de una Academia Aérea. Conquistó varios récords de distancia de vuelo. En septiembre de 1938 junto a sus 2 compañeras     Polina Denisovna Osipenko  y  Valentina Stepanovna Grizodubova , partieron desde Moscú a bordo de un  Tupolev ANT-37 en dirección este      con el fin de establecer el récord femenino de distancia de vuelo sin escalas.  Las pésimas condiciones meteorológicas durante el vuelo provocaron el aterrizaje de emergencia en medio de la taiga. Raskova tuvo que lanzarse en paracaídas . En medio de los bosques de Siberia  pasó 10 días sola buscando el avión. Completaron la distancia de  6.450 km. en 26 horas y 29 minutos. El 2 de noviembre de 1938, las 3 integrantes de la tripulación se convirtieron en las primeras mujeres en recibir el más alto galardón de la URSS.

Al iniciarse la guerra, más de 2200 mujeres habían sido entrenadas como pilotos y navegantes. El 8 de octubre de 1941, la Orden número 0099 especifica la creación de tres escuadrones exclusivamente femeninos donde todo el personal desde los mecánicos hasta los pilotos fueron mujeres. Sólo las oficiales de rango superior superaban los 22 años.

 

El 586.º Regimiento de Cazas. Comandante Tamara Kazarinova , En un total de 4419 misiones se computaron 38 aviones enemigos derribados en 125 combates aéreos.

El 125º Regimiento de Bombarderos pesados: Comandante Marina Raskova. A esta unidad le fueron asignados bombarderos Petliakov Pe-2,  La unidad participó en 1134 misiones aéreas, arrojando al menos 980 toneladas de bombas.  La Mayor Marina Raskova, falleció junto a su tripulación el 4 de enero de 1943 al estrellarse en las cercanías de Stalingrado a bordo de su avión.

588.º Regimiento de Bombardeo Nocturno: Comandado por Yevdokía Bershánskaya. El regimiento voló alrededor de 24 000 misiones. Dotado de Polikarpov Po-2, un biplano diseñado en 1928 y destinado como avión de entrenamiento. Hasta la fecha actual es el biplano del que más unidades se han fabricado en la historia de la aviación. Podían llevar solamente dos bombas cada vez, por lo que era necesario realizar varias incursiones durante la noche. Las mujeres demostraron tener una habilidad excepcional para manejarlos.  Para aligerar el peso de los aviones estas aviadoras volaban sin paracaídas a bordo. Las características de estos aviones permitían llegar al objetivo planeando haciendo muy difícil que fueran detectadas con antelación por el enemigo. Por el ruido del motor que los alemanes compararon con el ruido de una escoba fueron apodadas por el enemigo como las «Brujas de la noche». Los ataques de estos aviones fueron efectivos pero de baja intensidad, aunque hicieron mucho daño al orgullo de la Luftwaffe  ya que fue muy difícil para sus pilotos conseguir derribarlas. Causaron tanto daño que se llegó a crear un regimiento de combate nocturno con el fin de defenderse de sus ataques y a conceder a sus pilotos una cruz de hierro por cada «bruja» abatida.

Entre todas las aviadoras de los regimientos femeninos fueron concedidas más de 30 estrellas doradas.

“Nos era simplemente incomprensible que los pilotos soviéticos que nos daban tantos problemas eran, de hecho,… mujeres. Estas mujeres no le temían a nada: venían noche tras noche, en sus destartalados aviones,  impidiéndonos dormir…”

Johannes Steinhof (As de la Luftwaffe durante la II Guerra Mundial y Presidente  del Comité Militar de la OTAN de 1971 a 1974). Escrito por él mismo en su libro autobiográfico.

No sólo hubo aviadoras en estas unidades, otras muchas volaron en escuadrones mixtos protagonizando hazañas a veces inverosímiles para cualquier piloto como las de Lidia Vladímirovna Litviak también conocida como El lirio Blanco de Stalingrado. Mantiene actualmente el récord de derribos en combate real a manos de una mujer, 12 derribos en solitario y 4 en combate de 2×2. . El 1 de agosto de 1943,  durante la Batalla de Kursk , Lidia salió a combatir por cuarta vez durante esa jornada.  Daba escolta  a los Ilyushin Il-2 Sturmovik a través del río Mius, varios cazas Messerschmitt Bf 109 les atacaron por sorpresa desde lo alto.  El  avión de caza Yak-1 pilotado por Lidia resultó alcanzado. Faltaban 17 días para que cumpliera 22 años. Fue declarada desaparecida al no encontrarse ningún rastro de su avión.

En 1979,  se encontraron los restos de un avión enterrado por los entonces habitantes de una aldea cercana. Bajo el ala, yacía el cuerpo de una mujer con una herida mortal en la cabeza. El resultado de diferentes análisis forenses identificaron a la joven piloto. El 6 de mayo de 1990, el presidente de la URSS, condecoró con la Estrella de Oro de Heroína de la Unión Soviética, como as de la aviación a  la desaparecida en combate,  Comandante Lidia Vladímirovna Litviak  del  3.er escuadrón del 73.º Regimiento de Cazas de la Guardia. 

Todas estas mujeres abrieron el camino a otras no sólo dentro de la URSS.  Con posterioridad a la II Guerra Mundial, muchos países, de manera paulatina fueron permitiendo la entrada al  Ejército a sus mujeres.

Las mujeres españolas tuvieron  que esperar hasta 1988 para que se les abrieran por derecho las puertas de los cuarteles. Sólo ellas saben las dificultades que tuvieron que pasar por ser un mundo especialmente masculino y reacio a la entrada de mujeres.  Hoy las mujeres  están incorporadas  a las Fuerzas Armadas  en todos sus ámbitos y van conquistando poco a poco los puestos que por antigüedad y méritos les corresponden. Pero no nos engañemos, su camino no ha sido fácil. En muchas ocasiones han tenido que demostrar su valía frente a sus mandos y compañeros por el hecho de ser mujer.

Sólo las pioneras en cualquier situación o profesión  saben lo difícil que ha sido afianzar cada paso hacia la igualdad para que las jóvenes de hoy en día puedan cumplir sus sueños y metas. Gracias a todas ellas.

 

Continúa en… Donde ataca la guardia, el enemigo no resistirá

Ir con tu esposa a París es lo mismo que ir a Tula con tu Samovar

Continuación de ¿Qué beben los rusos?

La frase que da título a este post es de Antón Pávlovich Chéjov . Difícil es decir si a partir de ella nació el proverbio o bien el genial escritor jugó con el dicho popular en su obra.  Para comprender primero el sentido de la frase debemos conocer qué es un samovar y el porqué de la ciudad de Tula. Después, todos entenderemos la frasecita. 

Desde el siglo XVIII, el  consumo de té, se convirtió en acto social , costumbre y tradición. Podemos apreciar estos momentos de descanso reflejados en diversas pinturas costumbristas del siglo XIX y en multitud de pasajes de la literatura rusa.  En casi todos ellos además del té, aparece un artefacto  que ha pasado a ser un símbolo del país. Uno de los objetos más preciados en cualquier hogar,  a su alrededor se reunían las familias. Testigo de todas las festividades, el «samovar» enseguida se hizo imprescindible en los salones y cocinas del país. Algunos opinan que aporta alma a la caliente bebida y que influye en su sabor, al añadir pequeñas ramas y algunas hierbas al carbón. El sabor característico de la madre-tierra.  En épocas,  llenas de avatares y circunstancias que cambiaban la vida de las personas en un instante, se decía que un hombre puede perder fortuna, hacienda, familia, todo, menos… ¡su samovar! Su presencia convierte a las mesas en un lugar más acogedor, cálido y reconfortante donde poder conversar o leer durante horas al lado de este depósito de agua caliente siempre dispuesto a llenar las tazas de dulce bebida.

Casi todo el mundo piensa que el artilugio en cuestión es un ingenio ruso, pero no es del todo cierto.  El precursor del samovar, viajó junto a las hierbas secas desde la antigua China. Rusia aportó nuevas formas y materiales pero sobre todo le dio «alma» al convertirlo en compañero necesario en la vida diaria.

Su nombre deriva de la unión de 2 palabras: Samo + barit,(por si mismo y el verbo hervir).  Algo parecido, a «hierve por si mismo». Un mecanismo sencillo que consiste en un tubo de acero donde se introduce el carbón. Calor que se aprovecha para calentar el agua que lo rodea en el interior de una vasija metálica.  Un grifo deja salir el líquido una vez ya hervido y diferentes tapas superpuestas permiten la salida del vapor o el humo. Coronado por una especie de quemador que sirve de base a la tetera que contiene el concentrado de té.

Con el tiempo el carbón fue sustituido por una resistencia eléctrica. Hoy en día se sigue viendo en  las casas  adornando los salones. En la moderna vida diaria, su trabajo es realizado por prácticos hervidores eléctricos.  En días especiales y celebraciones, todavía algunas familias le devuelven su lugar preferente en la mesa.

El samovar puede tener diferentes formas según las modas y  su tamaño también  varia según las necesidades. Existen modelos pequeños con capacidad de 2 a 5 litros para viviendas a capacidades de más de 50 litros para fábricas, estaciones de tren o lugares de reunión.  Fabricado con materiales nobles como el oro y la plata para las mesas del Zar o fabricado con materiales más baratos para los hogares de campesinos como el latón. En cualquier momento siempre dispuesto a regalar su calor para templar unas manos frías y entumecidas en los momentos de descanso.

Una vez encendido y con el agua ya caliente vamos a elaborar un tradicional té a la rusa. Es necesario previamente calentar la tetera con agua caliente.  Una vez templada se retira el agua  (podemos devolverla al samovar) .  Ponemos en la tetera las hojas de té negro (una cucharadita por persona más otra para la tetera). Rellenamos con agua la tetera con especial cuidado de no dejar caer el agua directamente sobre las hojas para evitar que se quemen.   Este concentrado se deja reposar unos 3 minutos sobre el samovar para que no pierda calor.

Una vez reposado el concentrado, nos disponemos a servirnos una reconfortante taza de té.  Lo primero que debemos poner en nuestra taza es el concentrado de té, entre un tercio y la mitad, dependiendo del gusto. Completamos la taza con  agua caliente directamente desde el samovar.  Edulcorar al gusto con azúcar o mermelada. Acompañar el «fuerte, dulce y caliente» té con diferentes elaboraciones principalmente de sabor dulce.

Mientras bebe esa taza de té lo que se debe hacer es disfrutar de la compañía y de una animada conversación. Si por el contrario prefiere la soledad… Un buen libro de la literatura rusa le llevará a las profundidades del país y esa humilde taza de té puede ser de gran ayuda para comprender los rincones ocultos del país y es posible, que una segunda taza le ayude a comprender los secretos del alma rusa.

Como curiosidad, añadiré que todas las teteras rusas tienen un filtro interior fabricado  con la misma porcelana. Tengan el tamaño que tengan, su base siempre encaja en el quemador del samovar. Desde el principio las dos medidas fueron normalizadas y han sido respetadas a través del tiempo.

Los registros dicen que el primer samovar ruso se fabricó en una ciudad de los montes Urales, pero enseguida  la producción  se consolidó  en todo el país.   A lo largo de la historia, el trabajo de los herreros de Tula se hizo con el prestigio y la fama de fabricar los mejores y mas bellos samovares.  Las fábricas de esta ciudad se convirtieron en proveedores de la familia Imperial y de prácticamente todo el país.

Te en Mitishi. Oleo de Vasily Perov

Tula es una antigua ciudad- fortaleza situada a 165 km. al sur de Moscú. Ciudadela fortificada del antiguo príncipado de Riazán, anexionado posteriormente al principado de Moscovia formó parte de la línea de Abatis.  Una muralla de madera que se levantó entre diferentes ciudades para protegerse de las invasiones tártaras.  Poseedora de importantes yacimientos de hierro y carbón, el trabajo de sus herreros hizo que el Zar Pedro El Grande, instalara en ella la primera fábrica de armamento del Imperio ruso. Desde entonces, el crecimiento de la ciudad ha ido unido a la fabricación de armas y samovares.  Jugó un papel protagonista durante la Gran Guerra Patria. Sus fábricas no pararon de producir armas de diferentes clases lo que la convirtió en objetivo principal de la ofensiva alemana de octubre de 1941 durante la operación  «Tyfon».  

Es de suponer que los nazis conocieran la fama de hospitalarios que siempre han tenido los ciudadanos de Tula. Los invasores tuvieron la gran experiencia de conocer en primera persona la manera de agradar a los invitados indeseables que tienen los habitantes de estas tierras.  La tenaz y feroz resistencia de los ciudadanos ante el Ejército de Guderián provocó la primera retirada  importante de los ejércitos nazis.  Merecidamente, por el comportamiento de sus gentes fue galardonada con el título de «Ciudad Heroica» . 

Las  prestigiosas fábricas de samovares fueron reconvertidas en fábricas de armamento. Días en los que el popular ingenio ruso volvió a tener un protagonismo especial en el diseño de un peculiar arma que a modo de lanzallamas los herreros de Tula diseñaron con las piezas de los samovares ya fabricados. Al utilizar piezas de deshecho se hicieron pocas unidades.  El  arma resultó un poco peligrosa y poco práctica para aquel que la manejaba pero altamente eficaz contra los soldados invasores. El ingenio recibió de manera popular el nombre de «samovar».   Apodo que se extendió a otro arma que a la vez,  había sido diseñada en las fábricas de la ciudad. Una de las armas más emblemáticas del ejército soviético durante la Gran Guerra Patria, el sub-fusil  PPSha-41. Los soldados, por su origen y eficacia enseguida propagaron el apodo de su peculiar compañero. El protagonista de la hospitalidad de Tula  comenzó a tener otro sentido para la ironía rusa.

A Heinz  Guderián se le atragantaron los «prianiki» (galletas de jengibre con las que se acompaña  tradicionalmente el té).  Creo que el  fuerte dulce y caliente té de los «samovares de Tula»  con el que los ciudadanos recibieron a los indeseables invitados no fue de su agrado.

«Al principio bebieron té, durante mucho tiempo, en la sala delantera, con tres ventanas a la calle, vacías y frescas; Se sentó en medio de ella, en una mesa grande sobrecargada con muchas mermeladas, galletas, galletas de jengibre, dulces y pastila. La mesa de Kozhemyakin recordaba los estantes de las pastelerías en Vorgorod. «

Máximo Gorki. «La vida de Matvey Kozhemyakin»

Y ahora, después de leer el post, interpreten como crean la frase de Chéjov...

En busca de una pasión

Aquel  otoño, una familia celebraba feliz el nacimiento de su hija. La pequeña, pronto hizo saber a sus padres que era poseedora de una potente voz. Carolina, así se llamaba la niña, escuchaba hablar a sus padres de otros países, llenos de bosques y lagos.  Lejanos lugares que ella siempre soñaba conocer. Sus padres; Juan Codina, famoso tenor, se había casado con una soprano rusa, Olga Nemýsskaya. Pronto la familia Codina se trasladó desde la madrileña calle Barbara de Braganza   a la ciudad de  Nueva York para que sus padres desarrollaran su actividad artística mientras ella recibiría una esmerada educación musical. Carolina creció entre  partituras y música mientras hablaba  español, inglés y ruso.

Una noche de 1918, en el Carnegie Hall, un ya prestigioso compositor ofrecía un concierto.  En el escenario, sus manos comenzaron a moverse con ágiles movimientos sobre el piano transformando el silencio en  melodía. La bella música embelesó a la joven. Antes de acabar el concierto la admiración se había transformado en amor. Carolina Codina, ya no se separó de aquel hombre. Se convirtió en compañera inseparable de Serguéi Serguéievich Prokófiev,  su esposa y  la madre de sus hijos.

Carolina jamás se hizo famosa como soprano, su carrera musical se quedó estancada el día que su profundo amor por la música se convirtió en apasionado amor por el músico.  Eligió acompañar al hombre a vivir a París, Italia, y Baviera donde se casaron. Se instalaron en 1936, en las cercanías de la Plaza Roja donde la familia permaneció unida hasta 1941. Momento en el que el célebre compositor decidió cambiar de «aires» y de paso de compañera de viaje.

S.S. Prokofiev no sólo tuvo una agitada vida sentimental. Vivió con gran pasión todas las facetas de su vida. Como interprete y compositor su obra rompió las normas de la música clásica con un innovador estilo que entendía el ritmo y la armonía de manera diferente. Posteriormente su música fue evolucionando hacia un estilo más tradicional. En sus composiciones muchas veces incluyó melodías populares claramente reconocibles lo que da a su obra  una personalidad muy rusa, como así dijeron  los más grandes críticos musicales internacionales del momento.  Desde entonces, en Occidente, la música de S.S. Prokofiev se entiende como una representación simbólica del alma rusa. De nuevo, otro artista recurría a la historia del país y a los motivos populares como fuente de inspiración.

Desde muy joven recibió educación musical de mano de su madre. Con 9 años viajó con ella a Moscú donde asistió a la representación de 2 óperas. Al año siguiente escribió su primera obra «El Gigante» , representada por familiares y amigos. En 1904 ingresó en el Conservatorio de San Petersburgo. Durante su etapa estudiantil creo diferentes sinfonías que fueron representadas públicamente con diferente éxito. Los más conservadores rechazaban su obra, los músicos y críticos más modernos elevaban su obra a lo más alto de la creación musical.

Placa conmemorativa del Ayuntamiento de Madrid en la calle Bárbara de Braganza

En 1913, acompañado de su madre inicia su primer viaje a París  y Londres donde conoce al empresario y coreágrofo ruso Diaghilev, para el que escribirá exitosos  ballets como «Romeo y Julieta».  Regresa a Rusia en 1916. En Petrogrado vivirá los agitados momentos de la Revolución Rusa. A S.S. Prokofiev no pareció nunca interesarle la política y se trasladó al Caúcaso para dedicarse enteramente a su trabajo sin perturbaciones. En 1918, con permiso de las nuevas autoridades políticas parte hacia Japón. El 20 de noviembre de 1918 da su primer concierto en EEUU donde obtiene un clamoroso éxito.  Durante los años que vivió en el extranjero compuso y sorprendió al público con conciertos en diferentes ciudades y países.  A finales de 1935 estrena en Madrid  su “Concierto para violín Nº 2”.

Sinfonías, Cantatas, Óperas,  Conciertos para piano, violín surgían de la mente del magistral compositor. En 1936 regresó a la Unión Soviética. Una nueva etapa prolífica en la composición  para grandes obras de teatro o para el cine como la  banda sonora de la pelicula «Aleksander Nevsky» de su amigo Serguei Eisenstein. 

Poseía el don de la imaginación que junto a una elevada disciplina le llevaron a una famosa  constancia en el trabajo.  En 1954, Shostakovich escribió sobre él: «La disciplina de trabajo de S. S. Prokofiev fue realmente sorprendente y, para muchos, incomprensible, trabajó en varias obras al mismo tiempo».

Además de músico fue un magnífico escritor.  Sus Historias y Diarios componen un gran interesante conjunto literario junto a libretos y argumentos de sus obras.  En el campo de la literatura, nos dejó como legado un proyecto único. El libro de madera, donde  48 de los mejores y más grandes representantes de casi todas las áreas del arte de principios del siglo XX, escribieron sus respuestas con sus firmas a una única pregunta: «¿Qué piensas del sol?».

En los momentos de descanso le gustaba resolver problemas de ajedrez. Un juego que practicó a un nivel elevado ganando incluso a uno de los campeones mundiales más afamados de la historia, el cubano Ramón Capablanca. En sus diarios pueden leerse diferentes opiniones del artista sobre su pasión por este juego. «El ajedrez para mí es un mundo especial, un mundo de lucha de planes y pasiones» y «El ajedrez es la música del pensamiento». Una afición que adquirió desde niño y en el que también intentó innovar. En 1905 inventó un tablero hexagonal  donde desarrollar el juego. Más tarde presentó un tablero de 9 lados con 9 grupos de figuras.

En 1941 inició la composición de una ópera basada en la novela de Lev Tolstoi, «Guerra y Paz».  En su inicio, puede escucharse uno de los coros más patrióticos de la ópera rusa, en ella  incluye himnos y marchas que enseguida dejaron los escenarios para ser cantados por el público en los difíciles momentos de la Gran Guerra Patria.

Durante el verano de 1944 en la Casa de Creación de Ivánovo, donde vivían y trabajaban muchos destacados compositores soviéticos, escribe una nueva sinfonía. La “Sinfonía N° 5 en si bemol mayor”   Op.100 . Una gran obra de carácter épico inspirada en la gran victoria que se avecinaba del Ejército soviético sobre el nazismo.  Se estrenó con gran éxito el 13 de enero de 1945 en la Gran Sala del Conservatorio de Moscú, interpretada por la Orquesta Sinfónica del Estado de la URSS  y dirigida por el propio compositor. Fue su última actuación como director.  Pocos días después sufrió un aparatoso accidente. La caída por unas escaleras provocó una lesión cerebral que le deja invalido para el resto de su vida.

Es conocida también su faceta de compositor de música para niños. Puso música a diferentes cuentos de hadas con el fin de acercar la música clásica a la infancia. Una de sus composiciones más famosas «Pedro y el lobo» fue elegido por Walt Disney en uno de sus primeros trabajos.

La música de Prokofiev ha sido llevada al cine en  Hollywood . Podemos escuchar sus notas en películas de Wody Allen,  o en otras famosas cintas como «Conan el bárbaro» o «Avatar» . Utilzada también como base en canciones de «Sting» o «Robbie Williams». 

Probablemente el gran logro de este excepcional músico, no sólo se debe a la cantidad y calidad de su obra. Tampoco a su pasión en la innovación y transformación de la música clásica.  Su gran logro fue hacer disfrutar de la música a todo tipo de personas y acercar al gran público la música clásica. Hacer música para todos, fue su objetivo y no solo ser escuchado por las élites educadas. Sus reflexiones, escritas en sus diarios, ayudan a entender el concepto del gran músico sobre lo que debería ser la música clásica en los inicios del siglo XX.

“Actualmente no nos encontramos en la época en que la música se escribía para un pequeño grupo de estetas. Ahora las enormes muchedumbres del pueblo se enfrentan a la música seria y esperan interrogativamente. Compositores, traten con atención este momento. Si ustedes rechazan al pueblo, él se volverá hacia el jazz o hacia el pop. Si ustedes saben atraerse a estos oyentes, tendremos un público como no hubo ni en ningún lugar ni en ninguna época, pero esto no significa que haya que adaptarse a este auditorio. El adaptarse oculta en sí el elemento de falta de sinceridad y de este adaptarse nunca salió nada bueno. Las masas quieren la gran música, los grandes acontecimientos, el gran amor y las alegres danzas. Comprenden mucho más de lo que piensan algunos compositores y quieren superarse.”

Yo me pregunto porque no aparece en las películas o en los discos que la música que utilizan es de Prokofiev ¿No reciben los herederos los derechos de autor? o es una cuestión de colgarse méritos ajenos.

¿Qué beben los rusos?

Supongo que casi todos os habéis contestado a esta pregunta en vuestras mentes.  Algunos,  es posible, incluso con la misma contestación ¡Vodka!. Siento deciros que os habéis equivocado. La bebida más consumida en Rusia no es el vodka, es… ¡el saludable té!.  En ruso, Chái (чай).

La infusión de hojas  de la Camelia sinensis  ya se bebía en la Rusia europea 100 años antes del famoso motín del Té. Sí,  el  que provocó la guerra de la independencia entre Inglaterra y sus territorios coloniales americanos  y que llevó al nacimiento de los EEUU.

En la lejana China, allá por el año 250 a.de c. esta bebida nació con fines medicinales pero enseguida se extendió la  costumbre de añadir  hojas  del té  para mejorar el  sabor del agua hervida.  Desde entonces, su consumo no ha parado de crecer hasta extenderse a  cualquier rincón del planeta e incluso  fuera de él, ya que las hojas de té han viajado en  naves espaciales siendo fundamentales en la alimentación de los astronautas soviéticos.

Esta hierba viajera llega a la mayoría de los países europeos gracias a  la navegación , exactamente a través de la Compañía Británica de las Indias Orientales fundada en 1600. Este apunte histórico provoca también una curiosidad lingüística. La mayoría de los  países europeos  conocemos  la bebida a través del comercio británico y adaptamos su  nombre desde el inglés «tea» al idioma propio, en nuestro caso «té». Los países que conocieron la bebida gracias a las rutas  comerciales terrestres heredadas de los antiguos caminos de la ruta de la seda  adoptaron  el nombre original desde el idioma chino «Cha», como es el caso del árabe, el ruso y las lenguas de algunos países balcánicos, por ejemplo.

Mapa de la palabra Te en las distintas lenguas europeas

Los rusos conocieron el té más o menos a la vez que los ingleses, aunque algunos dicen que fue antes cuando los cosacos , Iván Petrof  y Bernash Yalishef  en 1567 se dedicaron a mercadear con las caravanas de las lejanas estepas y llevaron el té a tierras de la Rusia europea . Ante esa incipiente posibilidad de negocio, en 1638, el  primer Zar de los Románov, Miguel  I, quiso abrir su propia ruta comercial hacia el este. Para ello, envío a un emisario,  Vassili Starkov , de compras a las lejanas estepas de Mongolia donde se asentaba el Emperador de oro (Altyn Khan ).  Las negociaciones debieron ser muy satisfactorias ya que el Khan regaló una mercancía algo especial al zar de todas las Rusias .  ¡No se si era consciente de lo rentable que serían aquellos 25 puds !, el regalo convirtió a la corte rusa en uno de sus mejores clientes.

El pud ( пудь) es una antigua medida rusa de masa . Más o menos 1,5 puds equivalen a 16 kg. Las medidas tradicionales  dejaron de utilizarse oficialmente  en 1924 durante el periodo de reformas de la Revolución rusa.  Utilizadas desde el siglo XII todavía viven en la literatura clásica, los cuentos,  en el idioma actual a través de  refranes y dichos populares . En áreas rurales, podemos ver las viejas pesas de 1 pud, en museos, mercadillos, viejos graneros y a veces  utilizadas en juegos y deportes tradicionales. ¡Estoy segura que algún ruso todavía mide la cosecha de pepinos de su dacha en puds.! ¡En nuestros campos,  alguno hay que habla de fanegas!.

Medida de 1 pud

El viajero Starkov no entendía el sentido de cargar con el pesado fardo de hojas muertas con el que el Khan quiso agasajar al Zar de todas las Rusias, sobre todo  teniendo en cuenta la cantidad de hierbas que ya había en Rusia y que se utilizaban en la medicina tradicional. Al fin y al cabo, una orden es una orden y a pesar de la incomodidad, se llevó el té a Moscú.

El brebaje obtenido de las hierbas fue del agrado del zar y de toda su corte. Poco a poco fueron creciendo los asiduos a la nueva bebida a la vez que crecían también los acuerdos comerciales entre Rusia y el kanato de oro, basados principalmente en el intercambio de  un montón de hierbas secas por pieles de animales. Las relaciones comerciales entre China y Rusia nacieron a través de estos regulares intercambios iniciándose la conocida ruta del té o ruta de Siberia que fue creciendo en importancia.  A pesar de ello, el precio de las hojas secas seguía siendo muy caro para que la bebida se hiciera popular fuera de la realeza y aristocracia.  El reformista Pedro I,  gran aficionado a la reconfortante infusión y viendo lo lucrativo de aquel negocio monopolizó el mercado y su precio empezó a bajar. Durante el reinado de Catalina La Grande, gran aficionada también a la caliente infusión , las importaciones desde China  eran un mercado regular con un volumen de 3 millones de puds anuales.  Su precio, cada vez más asequible acercaba  el consumo de la bebida a todas las clases sociales del país.  Es en el siglo XIX  cuando el consumo de té tuvo un empujón definitivo al abaratarse aún más su coste gracias al ferrocarril . El nuevo transiberiano transformó el viaje de año y medio en las caravanas de camellos en un viaje de 10 días sobre el nuevo caballo de hierro.  Hoy en día más de 10 millones de puds de té viajan anualmente hacia Rusia desde distintas zonas geográficas del planeta.

La única zona de cultivo de té de calidad en Rusia es la región de Krasnodarsk,  cercana al mar negro, con una producción insuficiente para abastecer a toda la población que sigue dependiente de las exportaciones para disfrutar de la auténtica bebida nacional de los rusos. A pesar de las nuevas modas la variedad de té más consumida en el país es el  té negro. Su sabor, preferiblemente  debe mantener una peculiaridad.  Tras la fermentación, en la taza, debe persistir  un ligero recuerdo al ahumado que se pegaba a los fardos durante el descanso nocturno de las caravanas junto a las fogatas tan necesarias en las frías noches de la estepa.

La estimulante bebida fue adaptándose también según costumbres y  tradiciones propias hasta convertir su consumo en un verdadero ritual con personalidad propia.

Servida muy caliente acompañaba a la población casi a diario, se bebía té en las celebraciones, marcaba el tiempo de descanso en las largas tardes invernales, se servía acompañado de ricas viandas sobre todo dulces, se ofrecía a los invitados,… Tomar té se convirtió en un entretenimiento y excusa social. En el siglo XIX se puso de moda beber el té mientras en la boca se mantenía un duro terrón de azúcar que por efecto del agua caliente poco a poco se iba deshaciendo. Otra forma muy utilizada de endulzar la bebida es añadir una cucharada de mermelada o miel.

Los muchos beneficios de la infusión,  fundamentalmente conforta  y estimula el cuerpo, han convertido al té en la bebida más consumida del país. Los rusos beben más té que agua. En cualquier ocasión beben té, si les duele la cabeza beben té , si están cansados beben té , si tienen sed beben té,  si tienen hambre beben té,  si están aburridos beben té,… En casa beben té, en la oficina beben té,  en tren beben té,  en avión beben té,…. Tengan la edad que tengan, estén donde estén, y hagan lo que hagan… ¡Siempre beben té!

La costumbre personalizó los utensilios para su elaboración y ritual. El té debe beberse en una taza de porcelana. No por simple capricho estético, la porcelana mantiene bien la temperatura de la bebida y no altera su sabor,  con la ayuda del asa se puede manejar sin que uno se queme porque el té en Rusia se bebe muy caliente pero era un material caro.  La  bebida al hacerse popular también abandonó las tazas de porcelana para llenar humildes vasos de vidrio con los que confortar el cuerpo en los fríos inviernos. El vidrio  presentaba el problema de no aislar bien de la temperatura. Coger un vaso lleno de té caliente con las manos entumecidas por el frío convertía el momento relajante en una actividad arriesgada.  Durante el siglo XIX , el popular ingenio ruso diseñó una solución para este problema que en seguida se extendió por todo el país. El nuevo invento admitía para su realización materiales de todo tipo de precios; acero inoxidable,  plata, oro, níquel, corteza de abedul, porcelana, … El podstakán, palabra que realmente describe exactamente a lo que se refiere y que no tiene equivalente en nuestro idioma es un simple soporte con asa para el vaso, realizado en material no conductor del calor. Y el pueblo ruso empezó a crear sus tradiciones, rituales y artilugios propios para tomar el té.  El podstakán, además de evitar quemaduras en las manos aumentaba la estabilidad del vaso. La solución perfecta para mesas en «movimiento» como son las de los trenes o barcos. La costumbre de beber té en uno de estos «inventos» era habitual en largos trayectos de tren durante el siglo XX.  Los vagones de tren estaban dotados de grandes depósitos de agua caliente a disposición de los viajeros.

Admirar los bosques llenos de nieve y lagos helados a través de la ventanilla con un caliente vaso de té mientras dejas volar la imaginación… es un verdadero placer que no añade coste al precio del billete. ¡Hay que probarlo!

Ermitage o Hermitage

Muchas personas hay deseosas de encontrar un lugar para instalar una nueva sucursal del Museo del Ermitage en Madrid. Durante los últimos días he leído numerosos artículos de la prensa española sobre ello. Hay razones que llevan  a  políticos a rechazar la propuesta y  razones que llevan a otros políticos a desear instalar en Madrid una sucursal de este Museo.  Se hablan de posibles ubicaciones, reuniones entre representantes de Madrid y el Embajador de Rusia… en fin,  el nombre del Ermitage ha sido muchas veces escrito a lo largo de estos días en nuestra prensa. Supongo que todos tenemos el pequeño lío a la hora de escribir su nombre; » Ermitage» o «Hermitage». No soy experta en ortografía y mucho menos en como debemos escribir en español los nombres extranjeros aunque,  creo conocer el origen de esta confusión ortográfica. El Zar  Pedro I impuso en la Corte Rusa el uso del idioma francés en detrimento del idioma ruso. Cuando la colección imperial empezó a tomar importancia fue Catalina II quien decidió llamarla de alguna manera. Supongo que de manera irónica  y en perfecto francés empleó la palabra «Ermitage». Su significado , ermita, en si mismo es pura ironía porque la colección  expuesta en el Gran Palacio de Invierno, desde su inauguración está muy lejos de parecer un pequeño y austero edificio dedicado a dar cobijo a un ermitaño en su retiro espiritual. Aunque Catalina no era rusa, fue muy famosa por comprender y adoptar las costumbres rusas a su carácter y una de esas costumbres es un gran sentido del humor basado en la ironía. Catalina, una gran amante del arte, además era una mujer muy culta y ¡sabía latín!. No utilizo la frase en el sentido figurado de ser persona de grandes conocimientos, que bien se podría aplicar a la Emperatriz de Rusia en muchos aspectos, sino a que conocía varios idiomas entre ellos el griego y el latín,  idioma  del que deriva entre otros el francés que se hablaba en la corte rusa. No se si era ella o mas bien los demás los que jugaban  a las palabras con la palabra ermitage de origen latino y otra palabrita  de origen griego «herma».

La palabra  «herma» se refiere a un conjunto escultórico tradicional de la Antigua Grecia. Un pilar  cuadrado o rectangular de piedra, el estípite, sobre el que se colocaba un busto.  Su nombre deriva del Dios Hermes , puesto que en un principio esta forma de representación era exclusiva para él. Normalmente Hermes aparecía con barba como signo de fuerza física, y la  base se adornaba con un falo en erección,  símbolo de masculinidad y de disposición a las armas. En 1787,  la zarina compra  una valiosa colección de esculturas al que era por entonces  Director del Banco de Inglaterra, John Lyde Brown, entre las 300 piezas había obras griegas y romanas de gran valor y es de suponer que entre ellas viajara alguna representación de Hermes.

Supongo que los enemigos y críticos de Catalina,  entre otras cosas, por gastar tantísimos rublos en obras de arte extranjeras  y  jugando con el significado de las palabras, sumaban así todas las habladurías y rumores que había sobre la atracción de la zarina hacia los atributos sexuales masculinos dando con ello  mucho sentido a la broma en la tradicional ironía rusa.

A nosotros, a nuestro idioma; obras literarias, nombres propios y geográficos, en fin prácticamente todo lo que viene del idioma ruso no ha llegado  traducido de manera directa al español. El ruso primero se ha traducido  a otros idiomas, normalmente francés, inglés o alemán. Y desde estos idiomas  al español. No es hasta los años 50 del siglo XX cuando empiezan a llegar traducciones de la literatura clásica rusa directa al español. Y aquí tenemos la confusión ortográfica.

Si los textos traducidos sobre el Ermitage provenían del francés, el autor transcribía directamente sin «H», al reconocer el origen de la palabra francesa.   Igualmente  si la traducción se hace de manera directa desde el ruso. En caso de pasar por traducción inglesa los textos se escriben con «H». Desconozco si por razones fonéticas o por «crítica» hacía la poderosa Emperatriz en inglés, al no reconocer  la palabra de origen francés, se añade una «H» a la palabra rusa Эрмитаж ( Ermitash).  Yo siempre he escrito  a la manera francesa el nombre del museo, es decir sin «H» pero desconozco si la Real Academia de la Lengua dice algo sobre la ortografía correcta de este nombre extranjero.

Además de la ortografía hoy me gustaría resaltar la importancia de las relaciones entre países y a que debemos el nacimiento y las influencias culturales entre Rusia y España. La cultura española causó un gran impacto en Rusia desde el principio de las relaciones diplomáticas.  Probablemente en sus inicios más por las impresiones de la delegación rusa en España que por la delegación española en Rusia. Con anterioridad al nacimiento del Museo del Ermitage, incluso con anterioridad a la fundación de  la ciudad donde está ubicado, San Petersburgo había nacido ya la admiración y el cariño de la nobleza rusa hacia  la cultura española. Demostrado por anécdotas o intercambios de viajeros ilustres que poco a poco iremos desgranando en este blog. Hoy solo adelantaré que posiblemente una de las lecturas preferidas del Zar Pedro I, fundador de la ciudad de San Petersburgo fue una novela protagonizada por un caballero andante llamado Alonso Quijano que acompañado por su fiel amigo Sancho se pelean en tierras manchegas con molinos de viento pensando que son gigantes.

El zar Alexis I ( Alékséi Mijáilovich Románov) envió a España a uno de sus notables como Embajador de todas las Rusias, eran los últimos años de nuestro Felipe IV. Los servicios de este hombre fueron necesarios en otros países, aunque  una vez solucionados los problemas para los que se le había requerido regresó a España reinando ya Carlos II.  El impacto causado en nuestro país  por la llegada del «exótico ruso» ferviente  seguidor de la la moda moscovita de la época no pasó desapercibido para la nobleza española que quedó reflejado en relatos y crónicas de la época.  Tanto es así que tengo entendido que sólo el retrato de un embajador extranjero tiene el honor de colgar  en el Museo del Prado. Largos abrigos, ricas sedas bordadas, incrustaciones de  piedras  preciosas de gran tamaño, ribetes de suave  piel de marta cibelina y la profunda mirada  del embajador ruso Piótr  Ivánovich Potemkim fueron  reflejados magistralmente por uno de los pintores españoles de la época, Juan Carreño de Miranda.

Al abrigo de estas iniciales  relaciones diplomáticas comienza  un flujo bilateral en el mundo de las artes.   Descripciones de paisajes y gentes, comidas, costumbres, música….. son  protagonistas de las cartas que el diplomático enviaba a su país. Los escritos  debían ser tan bellos y apasionados que causaron una gran curiosidad y despertaron el deseo  por conocer nuestra cultura más profundamente y a partir de ese momento muchos nobles y artistas rusos  alargarían sus viajes a Francia visitando  España. No es de extrañar que Carreño sea uno de los representantes españoles  en el famoso museo peterburgués  y que Madrid tenga sus rincones en la hermosa ciudad del Neva.

Por primera vez en este blog no voy a ser yo quien cumpla el cometido de presentaros estos rincones, hoy cedo la palabra o mejor dicho  la pluma a otra persona para que nos informe a todos nosotros sobre ese trocito de  Madrid que podemos ver en nuestra visita por El Museo Ermitage .

Continua en Madrid y los pintores madrileños en el Museo de L’Hermitage de San Petersburgo

A %d blogueros les gusta esto: